martes, 16 de septiembre de 2014

5.- Un corazón roto


Miré sus ojos de nuevo y lo que pude ver en ellos no me tranquilizaba de ninguna manera, no ahora que la ilusión surgía en mi de nuevo. Solté su mano y me puse de pie.

-Dime que es lo que pasa, sé que no puedo exigirte nada pero entonces ¿Porqué me besaste?- en cuanto las palabras salieron de mi boca mi corazón dio un vuelco por que sabía que la respuesta podría echar todo abajo.

-Mía yo...te amo, sé que es muy pronto pero sabes que no he dejado de quererte desde que estudiábamos juntos y ahora, escuchar tu voz a diario, leer tus mensajes...yo bueno...-

No contesté, ¡Él me amaba! en ese momento me hubiera lanzado a sus brazos a no ser que el continuó hablando.

-Te amo, pero no puedo amarte...tengo novia y me duele en el alma tener que decírtelo hasta ahorita pero si te lo decía antes, no me hubieras dejado besarte-

Y entonces estallé.

-¡Por supuesto que no te hubiera dejado!-grité-¿Cómo puedes decirme que me amas, besarme y luego decirme que tienes novia?-mi corazón simplemente no podía resistirlo-ya habías jugado conmigo antes y ahora de nuevo soy tu segunda opción, ¡te odio Leonardo!.

Corrí, corrí lo más fuerte que pude, Leonardo corría gritando detrás mío pero corrí aún más fuerte, no quería verlo pues los recuerdos habían llegado para clavarse como alfileres y recordarme aquello que había guardado en un cajón que se había abierto el día de hoy.

Leonardo había sido mi primer amigo en la escuela cuando estábamos estudiando juntos, en el primer momento en el que lo traté supe que sería especial para mí pero nunca fui especialmente su prioridad, Lorena me lo decía, ella y otras más, me decían que no me encariñara con él pues se acercaba a mí tan solo cuando necesitaba algo, pero yo me negaba a escuchar.

Poco a poco lo fui queriendo y el parecía en momentos corresponder a aquellos sentimientos que crecían con fuerza dentro de mí, ilusionarme había sido mi mayor error.

Leonardo de un día para otro tuvo una novia con la cual pasaba tiempo delante de mí, yo fingía estar feliz por él pues no tenía razón para decirle nada, pero aún a pesar de eso Leonardo nunca marcó distancia conmigo, el punto es que a pesar de todo yo nunca había dejarlo de quererlo y ahora cuando por fin había aceptado mi amor por él, me había roto el corazón.

Seguí corriendo, mi respiración era agitada pero no me detuve hasta que estuve segura de que lo había perdido de vista, no quería ir a casa, no aún, así que aunque no sabía exactamente donde estaba me senté en la banqueta y comencé a llorar, esa fue la única respuesta que pude encontrar en ese momento.

Dejé a mi celular sonar y sonar, supuse que era él así que traté de ignorar ese timbrado, hasta que escuché llegar un par de mensajes, bien mi lado masoquista no pudo evitar leerlos.

"¿Donde estás? No quiero que te pase nada, por favor déjame explicarte, te amo y quiero que me dejes demostrártelo"

"Tan siquiera dime si estás bien, me preocupa que pueda pasarte algo, pequeña te amo"

"Amiga, ¿dónde estás? Leonardo tuvo que decirme algo de lo que pasó y te juro que lo voy a matar pero no quiero que te pase nada, dime donde estás e iré por ti, no me importa salir de la escuela" 

Pensé en apagar el celular, pero Lorena no se merecía esto y yo necesitaba de ella, así que fue a ella a quien si respondí el mensaje.

"Tomaré un taxi que me lleve al kiosko que está por tu casa, allí estaré"

Escribí un mensaje más.

"No quiero volver a verte, no cuando me usas de esa manera y juegas así con mis sentimientos, por favor desaparece de mi vida, no me lastimes más"

Antes de recibir respuesta, tomé un taxi y le pedí que me llevara cerca de la casa de mi amiga, el chofer, un amable señor de unos cincuenta y tantos, me preguntó si estaba bien, le aseguré que no tenía de que preocuparse, y aunque no pareció estar convencido por completo pero al menos no hizo más preguntas.

Llegamos y Lorena aún no estaba, era lógico, tendría que buscar la forma para salir de la escuela y además del tiempo que tardaría en llegar.

Revisé el celular, dos mensajes más me esperaban.

"Ya voooooy, espérame 5 minutos más" 

Y el siguiente, el que no pude evitar leer.

"No voy a desaparecer de tu vida sin que me escuches pequeña, voy a insistir hasta que aceptes hablar conmigo"

-Amiga, te juro que ese...ese...tipo nunca va a volver a acercarse a ti-Lorena había llegado más rápido de lo que creí, terminando así por quebrar lo poco que quedaba en mí.

Lloré y lloré, me sentí totalmente estúpida por haberme dejado llevar, por haberme enamorado de alguien que solo me había utilizado, lo supe pero no quise hacer caso, y como siempre, terminé lastimada.

Lorena tomó su celular y comenzó a hablar.

"Sólo te advierto algo, ella estaba sensible, ella necesitaba apoyo, la ilusionaste y luego sin más le rompes el corazón, ni se te ocurra acercarte por que te prometo que te vas a arrepentir..." las amenazas de mi amiga continuaron un poco más y yo opté por no escuchar, estaba confundida por que a pesar de todo, el amor que sentía por él no se iría de un momento a otro, a pesar del dolor que significaba llevaría consigo.

-No quiero que hagas nada, por que no volverá a pasar nada-logré decir cuando mi voz decidió tomar un poco de claridad.

El resto de la tarde la pasé intentando no llorar, ya después me preocuparía de la escuela de lo cual Lorena me había asegurado tenía todo cubierto, llegué a casa a buena hora para tomar un baño antes de que papá llegara del trabajo, detestaba no verlo pero tampoco quería que se preocupara por algo tan vergonzoso como haber sido utilizada por un chico.

El teléfono de la casa sonó y contesté pensando que podría ser del trabajo de mi padre, estaba equivocada.

-¿Bueno?-

-No cuelgues, por favor, por que volveré a marcar y si el que me contesta es tu padre le explicaré todo, iré a tu casa y...-

-Cállate, no te voy a colgar pero después de todo ¿te sientes con el derecho de amenazarme?, por favor ¿qué tan difícil es que te desaparezcas de mi vida? Ve con tu novia y bésala a ella, dile que la amas-no pude continuar, la voz se me quebró otra vez.

-No llores por favor, pequeña sabes que eso me duele, sé que te lastimé pero te prometo que voy a dejarla, no la amo a ella, te amo a ti, por favor...acepta verme de nuevo, déjame demostrarte que podemos estar juntos-

-No quiero verte, no quiero nada de ti, por favor has como si nunca hubiéramos hablado de nuevo y déjame en paz-sentencié.

-Iré a verte en este momento-

-¡No!, no quiero que mi papá te vea, no quiero que en mi casa esté una persona tan cruel como tú, te veré el sábado en la plaza pero te advierto que no cambiará nada de lo que te dije, y mientras tanto no se te ocurra llamar-

-No me has dicho a que hora-

-Llegaré cuando yo quiera y si tanto quieres hablar conmigo, espera todo el día-la verdad esa no era la verdadera yo, pero el coraje dentro de mí me hizo estallar en un fuerte enojo, que desapareció tan rápido como llegó, suspiré-te veo al mediodía-después de eso colgué.

Los días después de esa llamada, pasaron haciéndose eternos y torturosos, yo por una parte no quería enfrentarlo pero por otro tenía que hacerlo para que Leonardo me dejara en paz y aunque deseaba negarlo...una mínima parte en mi corazón realmente deseaba verlo.

Sus labios contra los míos, el dulce calor de su mano cubriendo la mía...y por supuesto, mi corazón roto.

---------------------------------------------------------------------------------------

Gracias por haber leído, espero te haya gustado :D 

lunes, 15 de septiembre de 2014

4.-Reencuentro



Las semanas pasaron muy rápido y las vacaciones por fin habían terminado.

Lorena estaba un tanto nostálgica por que ella no quería volver a la escuela en más tiempo, pero la animé recordándole que sería nuestro último semestre y que el tiempo pasaría más rápido de que ella esperaba, no puedo asegurar que entró rebosando de alegría pero al menos sus quejas disminuyeron en un 90%.

Leonardo a su vez no había dejado pasar un solo día sin desearme un lindo día, preguntarme por como me sentía respecto a mi madre y sobre cosas comunes de mi día a día, nuestra amistad se había fortalecido más que nunca, más que antes y eso me preocupaba de una manera alarmante.

El lunes temprano papá se fue a trabajar antes de que yo estuviera totalmente despierta, siempre era así, pero nunca le reclamaba nada pues a fin de cuentas desde la muerte de mi madre, papá lo único a lo que se dedicaba era a hacerme feliz.

Me vestí rápidamente, tomé un poco de jugo y salí corriendo para encontrarme con Lorena, quien ya me esperaba para tomar juntas el autobús.

-¿Entonces Leo ya nunca te pidió salir de nuevo?-preguntó mi amiga como quien no quiere la cosa.

-No, pero no pasa día en el que no hablemos-traté de que mi voz no reflejara mi decepción, la cual no estaría dispuesta a admitir frente a ella.

-Bueno gana un punto con eso pero perdió muchos cuando te dejó plantada ¿recuerdas?-

-Lo tengo presente, pero no quiero ser yo quien...bueno ¿Podemos cambiar de tema?-pedí.

El camino fue más ameno y callado, justo lo que quería, pues en verdad no quería hablar de Leonardo, no cuando yo estaba tan confundida. Por fin llegamos a la escuela.

Yo buscaba mi celular cuando Lorena frenó en seco haciéndome chocar contra ella.

-Cielos...¡mira quien está buscándote en la entrada de la escuela!-gritó emocionada, yo tardé en comprender la situación por que me olvidé de todo en cuanto lo vi.

Leonardo aquí en la escuela ¿buscándome? Los nervios se apoderaron de mí de una madera cruel y en el momento menos indicado, ¿qué le diría? ¿porqué vino? Las respuestas no las sabía, pero no podía echarme a correr, tendría que hablar con él, como lo hacíamos por el celular.

Él aún no me había visto pero yo no veía a nadie más que no fuera él, poco a poco caminamos hasta acercarnos lo suficiente para quedar a la vista, Leonardo nos ubicó de inmediato.

-¡Leo! ¿Cómo has estado? ¿Bien? Bueno parece que tengo que irme ya-Lorena realmente estaba disfrutando de la situación-los dejaré a solas, pero antes les diré algo, -se giró hacia Leonardo-a ti más te vale no hacer algo que la lastime o te las verás conmigo-ahora me miraba a mí-y amiga si decides "enfermarte" yo te cubriré-y después de decir todo esto corrió hacia la entrada y la vi desaparecer entre el mar de alumnos.

-Veo que Lorena sigue tan enérgica como siempre-él fue quien habló primero con una sonrisa.

-Mmm...algo así, pero ¿qué haces aquí? no es que no quiera que estés aquí pero...-las palabras salieron de mi boca con desorden y carentes de sentido, fue entonces cuando él me interrumpió.

-Promete que me vas a perdonar-

-No tengo nada que perdonarte, ya te dije que no tuve problema por la cancelación de la otra vez...-y ya no pude continuar, sus labios tocaron los míos e inmediatamente olvidé donde estaba, tan sólo podía sentirlo a él abrazándome mientras que los sentimientos que me negaba a sentir brotaban de mí sin poderlas controlar.

-No me refería a eso-me dijo con una sonrisa juguetona.

-Yo..este...supongo que te perdono pero ¿qué rayos fue eso?-pregunté confundida y con el corazón a punto de salirme del pecho.

-Lo siento, pero tenía que hacerlo, y prometo que no lo volveré a hacer si tú no quieres pero todos estos días hablando contigo hicieron que todo en mí surgiera de nuevo-explicó, y yo no tuve que preguntar a que se refería pues yo ya sentía lo mismo, además de que el pasado estaba a punto de alcanzarme de nuevo.

-Bueno al parecer Lorena puede cubrirte por hoy y aunque hacerte faltar no es lo mejor, tengo que intentarlo...¿Aceptarías estar todo este día conmigo?-preguntó.

Lo pensé pero no fue por mucho tiempo, tenía dos opciones, la primera era entrar a la escuela y de cualquier manera no poder pensar claramente y perderme de poder poner en claro todo aquello que estaba sintiendo o salir con quien al parecer ya no era más mi amigo...escogí lo segundo.

"Te cuento todo al rato, si papá pregunta yo estuve todo el día y la tarde contigo, cúbreme, te quiero" crucé los dedos para que Lorena inventara alcgo convincente en la escuela.

-¿Adonde vamos?-pregunté en cuanto estuvimos un poco más lejos de la escuela, Leonardo me había tomado de la mano guiándome pero sinceramente no tenía ni idea de a donde nos estábamos dirigiendo.

Él no contestó y siguió caminando conmigo a su lado, y en ese momento mi mente estaba dividida en dos, la primera mitad me decía que estaba totalmente equivocada y que esto era muy repentino, el beso, ir tomados de la mano como si fuéramos algo más, para mí era totalmente incorrecto e inesperado pero por otro lado, él y yo habíamos sentido algo más que amistad desde la escuela, y yo me sentía bien así, después me preocuparía por las consecuencias, decidí disfrutar el momento.

-¿Recuerdas cuando veníamos aquí a platicar de cosas sin sentido?-me preguntó señalando el parque frente a nosotros, "Y también recuerdo cuando me enamoré de ti" quise agregar, pero preferí quedarme callada. Asentí con la cabeza.

Nos sentamos sobre el pasto y el no soltó mi mano en ningún momento, mi corazón seguía latiendo fuerte y sin decir nada me volvió a besar, le correspondí, no podía engañarme pues aquellos sentimientos jamás me habían abandonado.

-Por favor promete que me perdonarás- volvió a repetir y algo en su mirada me indicó que algo no estaba bien, tuve miedo, no quería que pasara de nuevo, no hoy.

---------------------------------------------------------------------------

Bueno espero les haya gustado este capítulo, pronto tendrán el otro y poco a poco habrá más sentimiento o al menos esa será la intención.

Gracias. ^w^



domingo, 4 de mayo de 2014

3.-Mensajes


Decidí no pensar demasiado en Leonardo y en su cancelación de nuestra salida, pero antes de que mi amiga llegara decidí enviarle un mensaje para asegurarme si no era grave su percance.

"No te preocupes ya nos podremos ver en otra ocasión, pero ¿Tú estás bien?"

Lorena tenía razón, mi amigo prácticamente no tardaba nada en responder.

"Si, yo estoy bien pequeña y de verdad discúlpame, créeme que quería verte"

No respondí por que tocaron a la puerta, dejé el celular sobre mi cama y bajé a abrir, como supuse, era mi amiga.

-¿Cómo se atreve a dejarte plantada?-mi amiga estaba muy molesta y eso se notaba a kilómetros, sabía de mi fragilidad y suponía que esto me había afectado, y ahora debía convencerla de que no era así.

-Tuvo un problema y no pudo salir hoy, pero su intención no fue dejarme plantada-su expresión me dejaba ver que no la estaba convenciendo así que continué- además así aprovechamos y vamos de compras para tener algo lindo que ponerme cuando volvamos a quedar.

-¿Ya te invitó a salir de nuevo?-

-En realidad no, pero supongo que lo hará ¿O no? y no quiero ir desarreglada, así que tu deber como mi mejor amiga es ayudarme a buscar algo lindo para usar-
                                                                                                         
Lorena estaba eufórica, decir que ella amaba las compras era poco, yo también disfrutaba comprar pero ella, bueno simplemente era como un pez en el agua.

Yo me distraería al salir con Leonardo por que aunque odiaba admitirlo...si me sentía un tanto triste de no haberlo visto y de eso había una pequeña larga historia detrás.

-Bueno pero antes de una larga tarde de compras...¿Podemos comer algo?-nuestros estómagos gruñeron en ese justo momento reforzando la petición.

Me reí y tomé el teléfono.

-¿Hawaiana o Pepperoni?-le pregunté mientras tapaba el auricular con la otra mano.

-¡Hawaiana!-gritamos las dos al unísono.



Esa tarde no fuimos de compras, más bien fue tarde de películas...Lorena hizo un par de llamadas más a unas amigas del colegio y pronto tuvimos la casa llena de risas y suspiros al ver un maratón de películas románticas y cursis, bien...había que aceptar que el grado de cursilerías era de cierta forma muy exagerado, pero en el fondo yo era así de cursi, esperando por aquél príncipe azul que me rescatara de la pesadilla en la que cada noche caía al recordar la pérdida de mi madre.

Lorena quería quedarse conmigo a dormir pero su madre llamó diciendo que saldrían de viaje a visitar a un tío enfermo, así que tuvo que irse al igual que el resto de mis amigas.

-Ese tío es todo un cascarrabias-se quejó.

-Pasa tiempo con él, espero se mejore-le deseé antes de cerrar la puerta al despedirla. Lorena había sido la última en irse.

Subí a mi habitación y me tiré sobre la cama, no recordé responder al último mensaje de mi amigo hasta que mi celular comenzó a vibrar.

Era Leonardo, pero esta vez no era un mensaje.

-¿Bueno?-contesté nerviosa, hace mucho tiempo no hablaba con él.

-Pequeña ¿Estás enojada conmigo?-preguntó.

-¿Debería estarlo?-pregunté de vuelta.

-Supongo que no, pero ya no contestaste a mis mensajes y pensé te habías molestado por no haber salido hoy-explicó.

Me reí.

-Lo siento, pero es que Lorena vino a visitarme junto con otras amigas y nos ocupamos toda la tarde viendo películas cursis y es hasta ahora que vi el celular y entro tu llamada...-con él era tan fácil platicar de cosas simples.

Y así platicamos por una hora, tuve que cortar la llamada por que escuché llegar a mi padre y aún no quería que supiera de mi amigo, haría preguntas y lo conocía de sobra como para saber que se pondría receloso.

"Ahora no puedo esperar a verte, me agradó mucho platicar contigo y ya te extraño"

Al leer esto tuve una sensación extraña pero no nueva, solo Leonardo tenía ese efecto sobre mí, la historia detrás de nosotros tocaba a mi puerta pero no permitiría que pasara, no de nuevo, simplemente no podía.

No supe muy bien que responder así que solo escribí.

"También me agradó platicar contigo :) "

No tardó en responder.

"Ya es tarde, descansa pequeña...te quiero"

-¡Hija ya llegue!-papá gritó desde la sala, miré el mensaje una vez más pero decidí no contestar.

-¡Ya voy papá!-grité mientras bajaba corriendo las escaleras hacia mi papá quien ya me esperaba con los brazos abiertos.

Papá me abrazó con todas sus fuerzas, siempre que llegaba de trabajar temprano era de la misma manera, me hacía sentir protegida y una niña frágil pero feliz y amada.

-¿Quieres salir a cenar?-me preguntó cuando me soltó.

-Siempre estaré gustosa de salir a cenar con mi papi-respondí.

Y así con una cena con papá terminó ese día tan extraño, con una cita cancelada, una promesa de ir de compras, películas románticas, una llamada inesperada y una sensación desconocida a causa de un amigo de vuelta a mi vida.

____________________

Espero les haya gustado este capítulo, creo que es un poquito corto pero pronto les tendré más y habrá más romance...gracias por el apoyo. ^^


     

sábado, 26 de abril de 2014

2.-Cita


Últimamente pasaba más tiempo en casa de Lorena que en la mía, ella siempre incondicional a mi lado, mi mejor amiga desde hace ya varios años, ella quien siempre había estado conmigo en las buenas y en las malas, de corazón agradecía tener a una amiga tan fiel en mi vida.

-¿Que te parece si vamos al cine?-la voz de mi amiga siempre tan alegre.

La miré y le dediqué una sonrisa, ella siempre lograba distraerme del tema de mi madre, por esa misma razón prácticamente vivía con ella, Lorena estaba feliz y sus padres me recibían con gusto.

-Esta bien-me paré de su sillón alisando mi blusa-tú eliges la película y yo compro las palomitas ¿Te parece?

Después de eso no tuve que hablar demasiado, su madre nos llevó a la plaza y mi amiga no paró de hablar sobre las opciones que teníamos para ver durante todo el camino.Lorena era fácil de satisfacer, no necesitaba de mucho para que ella estuviera suficientemente feliz para distraerme a mí.

Yo no siempre había sido tan pesimista, de hecho yo era muy alegre y por eso Lorena y yo nos habíamos vuelto inseparables, y en ocasiones mi antigua personalidad se asomaba esperando una oportunidad para salir y volver a mi convirtiéndome así en la Mía Montez que siempre había sido.

Supongo que por esa misma razón ella seguía a mi lado a pesar de todo, por que mantenía la esperanza de que yo volviera a ser la que siempre fui.

-¿Amor o terror?-se volteó hacia mí-¿Qué opinas amiga mía?

-De terror amiga Lorena-

-Dije "mía" de que eres mi amiga no por tu nombre-me reprochó

-Ya lo sé pequeña, solo quería molestarte-le enseñé la lengua como cuando niñas, ella rió.

-¡Me llamaste pequeña! Hace mucho que no me decías así...-se perdió en sus recuerdos-oye, si no mal recuerdo así te decía Leonardo ¿No?-

Asentí mientras caminaba hacia la taquilla y sacaba el dinero de mi cartera.

-¿Qué habrá sido de él?-preguntó.

-Dos para "Terror en el centro comercial" porfavor-no miré a mi amiga, la conocía lo suficiente como para saber que terminaría pidiendo más información.

Tomé los boletos y caminé hacia la dulcería. Mi amiga seguía mirándome de la misma forma, la ignoré.

-¿Palomitas y refrescos grandes?-

-Mía...-lo sabía, Lorena no dejaría el tema de nuestro antiguo amigo en paz, aún así decidí torturarla aún más.

-No te preocupes, las golosinas también corren por mi cuenta, mucho haces con recibirme en tu casa a diario-

-Mis padres están felices de recibirte en casa tanto como yo, adoramos que estés allí todos los días, y sabes perfectamente que tampoco me refería a quien pagaría las palomitas-me reprochó.

Suspiré.

-El otro día Leonardo me envió un mensaje de texto, me dijo que le gustaría platicar un día de estos...-hice una pausa-...sobre mi madre.

Mi amiga no dijo nada, comprendía el porque no quería hablar sobre nuestro antiguo amigo.

-Bueno-me sonrió-quizá sea bueno que salgas con él y platiquen, no sabes...quizá sea bueno que se vean...-me dedicó una de sus miradas de "Necesitas un novio y distraerte urgentemente"

-Tú siempre...-me enfoqué de nuevo en las palomitas-y...¡Hey! ¿Qué haces?

Lorena me arrebató la bolsa y echó a correr, comencé a perseguirla pero ella era mucho más rápida que yo y rápidos se escondió de mí, me resigné...¿Qué es lo peor que podía hacer con mi bolsa? Pronto supe la respuesta.

-¡Listo!-gritó triunfal mi amiga apareciendo por detrás de un puesto de helados de la plaza con una sonrisa de oreja a oreja dibujada en el rostro, lo cual significaba alguna travesura desgraciadamente desfavorable para mí.

-¿Qué hiciste?-rezongué.

-Mañana, a las tres, aquí en la plaza-

-Dime que no...-tartamudeé-dime que no me hiciste una cita con Leonardo-

-Si quieres no te lo digo pero no permitiré que lo dejes plantado, si hubieras visto la velocidad con la que respondió el mensaje-amenazó.

¿Una cita? ¿Con Leonardo? Bueno en teoría no sería una cita, él era mi amigo nada más y si como decía Lorena...bien podría distraerme y salir con alguien más que no fuera ella, al menos le debía un descanso de mí, todo estaría en orden mientras no habláramos de mi madre.

-¿Y bien...?-insistió-¿Estoy lo suficientemente perdonada como para aún ser merecedora de unas palomitas?

Me reí, ella siempre lograba salirse con la suya y levantarme el ánimo a la vez.

-Estás loca-

-Aún así me quieres-

-Y mucho-hice una pausa-ven, vamos por esas palomitas.





La película estuvo...bueno en verdad no le había puesto atención, la idea de ver a Leonardo me había puesto nerviosa, hace mucho tiempo no lo veía.

La madre de Lorena fue por nosotras a la plaza, después pasaron a dejarme a casa. Papá aún no llegaba, así que decidí ir a dormir, en realidad no tenía sueño pero tampoco quería pensar demasiado sobre la salida con mi amigo, terminé escuchando música.

No me di cuenta de cuando terminé dormida, tan solo desperté gracias al sol que insistía maldoso quemándome la cara, de pronto volví a la realidad, hoy era el gran día del reencuentro.

Revisé mi celular, tenía dos mensajes de texto.

El primero...

"Buenos días dormilona, ayer cuando llegué ya estabas dormida y no quise despertarte, y tampoco quise hacerlo hoy por la mañana, te he dejado dinero en la mesa por si quieres salir o comprar algo para comer, te quiero, espero verte por la noche."

Papá siempre al pendiente, lo extrañaba y las vacaciones afectaban mi ciclo del sueño dándome la impresión de que se oponían a que viera a mi padre. Reí ante la idea tonta en mi mente.

Revisé el segundo mensaje.

"Hola pequeña, oye...sé que quedé en salir contigo hoy pero tuve un percance y no podré verte, espero no te enojes, te quiero"

Bien, por un lado me sentía aliviada pero por otro, quizá si quería verlo y me sentí un poquito decepcionada.

Otro mensaje llegó en ese momento.

"Floja levántate, recuerda que tienes una cita hoy a las tres" Era Lorena.

"Canceló de último momento, así que no hay cita ni nada parecido" Respondí.

"¿Que? No puede ser...¡Yo lo mato!, voy para allá" Ya podía verla enojada, si algo la sacaba de quicio eran las cancelaciones.

No tenía caso responder, mi amiga no tardaría en llegar a casa...ya estando aquí la tranquilizaría, aunque era realista, cuando una idea cruzaba en la mente de Lorena, pocas cosas lograban hacerla cambiar de opinión.

___________________

Gracias por leer, espero puedas dejar un comentario para saber que opinas, que quieres que pase o crees que sucederá...

Espero te haya gustado, nos leemos pronto ^w^

miércoles, 23 de abril de 2014

1.-Rincones


Cada día que pasaba no había momento en el que no pensara en mi madre, despertaba con la esperanza de que todo fuera una pesadilla, una mala jugada del destino, una mentira…pero cuando la razón volvía por completo a mí…me daba cuenta de que ella no estaría a mi lado nunca más.

¡Maldita enfermedad!, ¡La detestaba tanto! El cáncer me había arrebatado al ser que más amaba además de mi padre, tampoco para él había sido sencillo, aún podía oírlo llorar por las noches cuando me creía dormida y eso me lastimaba aún más, verlo tan débil y no poderme desmoronar frente a él como tanto deseaba por miedo a herirlo aún más, debía ser fuerte, o al menos debía intentar serlo.

Mi padre trabajaba prácticamente todo el día a partir de que mamá ya no estaba, lo comprendía pues todo en casa nos recordaba que ya no estaba...la cocina donde ella solía prepararnos deliciosos pasteles, aquella cocina que nos había visto jugar múltiples guerras de harina ahora lucía tan fría y sin vida. 

Ahora papá comía en el trabajo y yo casi no comía y cuando lo hacía era en casa de Lorena mi mejor amiga, así que entre más evitáramos el lugar era mejor para nosotros.

Después le seguía su recámara, sus cosas seguían allí y aunque no lo decíamos, ambos sabíamos perfectamente que no seríamos capaces de mandar la ropa de mi madre a un rincón, al menos no en un largo tiempo. 

Yo podía liberarme de ello en mi habitación pero papá,  bueno para él era distinto...él dormía con ella todas las noches y ahora su ausencia al anochecer y amanecer debía ser duro para él.

Así cada rincón de la casa tenía su esencia, para ser sincera hubiera preferido mudarme pero a la vez era muy cobarde para siquiera considerar la posibilidad de ello, no podría dejar esta casa, jamás la dejaría...realmente estaba muy confundida, solo habían pasado meses desde aquél día.

"Hija, cuida de tu padre...ahora que no podré hacerlo yo, no dejes que se venga abajo, tú eres fuerte, él te necesitará más que nunca, disfruta cada momento a su lado, juntos estarán bien y yo los cuidaré desde donde esté - mamá sonrió y casi me hizo olvidar el porque me decía esto- hija te amo, lamento no poder estar contigo más tiempo,pero jamás olvides que cada día te veré, te cuidaré y me sentiré orgullosa de ti, siempre estaré contigo, te amo Mía"

No noté en el estado en el que estaba hasta que oí entrar a mi padre, gritando preocupado mi nombre una y otra vez, ¡Rayos! odiaba que esto sucediera, pero no podría evitarlo, entraba en crisis emocionales al recordar las últimas palabras de mi madre antes de cerrar los ojos para siempre.

-Mía, tranquila-la voz de papá temblaba aún en su esfuerzo por sonar cálida- sé que no ha sido fácil para ninguno de los dos pero me tienes a mí, te amo y verás que pronto podrás recordar a mamá con una sonrisa y no con lágrimas-me sonrió al mismo tiempo que me abrazaba con mucha más fuerza.

Admiraba mucho a mi padre, sabía que lidiar conmigo nunca había sido fácil pero ahora era mucho menos sencillo con mis cambios de humor repentinos.

-Ya estoy más tranquila papá, gracias-ahora yo lo abracé a él-no tienes por que preocuparte, verás que pronto será como dices tú y no tendrás que lidiar con mis crisis-le dediqué mi mejor sonrisa, sinceramente no sé si me creyó pero me conocía lo suficiente como para saber que insistiría en mi tranquilidad y no me quebraría de nuevo.

-Yo solo quiero que tú estés bien hija-

-Lo sé papá, y lo estoy...solo necesito distraerme, estas vacaciones creo están manteniendo mi mente demasiado desocupada y recién es el primer día sin clases-dije en un débil intento de bromear, cosa que no debí haber hecho por que el resultado me pareció más un lamento.

-¿Quieres ir al parque mañana?, puedo pedir un permiso y pasarla juntos-se ofreció.

No quería negarme a salir con él, hace mucho que no lo hacíamos pero no quise causar problemas en su trabajo así que le propuse pasar un tiempo padre e hija el fin de semana, asegurándole que buscaría que hacer el resto de la semana.

Vimos la televisión un rato después de eso, papá se quedó dormido en el sillón, así que tomé una cobija y lo cubrí con ella al ver que no despertaba y parecía tranquilo en sueños.

No era muy noche, aún no tenía sueño así que decidí dibujar...cosa que no funcionó, así que tan solo cerré los ojos y traté de no pensar.

El tiempo pasó lentamente, el sueño estaba por vencerme cuando mi celular timbró avisándome que me había llegado un mensaje, abrí los ojos, tomé mi celular y me sorprendí que el mensaje no era de Lorena como pensé.

"Pequeña, espero no importunar pero necesitaba que supieras que siempre estaré cuando me necesites, ¿Por qué no me dijiste lo de tu mamá? me hubiera gustado poder haber estado a tu lado en esos momentos, espero no estar hablando de más, solo no olvides que siempre voy a ser tu amigo"


No reconocí el número, pero el mensaje me causó una punzada en el corazón, "Lo de  tu mamá" esas simples palabras causaron un torbellino de recuerdos de aquél día, no quería volver a llorar, no esta noche, así que me enfoque en algo más.

¿Quién había enviado el mensaje? ¿Un amigo? el único amigo que me llamaba "pequeña" era...Leonardo, ¿Podría ser él? Hace mucho que no hablábamos. Decidí responder y salir de dudas.

"Agradezco el mensaje, pero ¿Quién eres?"

No tardó mucho en responder.

"Lamento no haberte dicho que era yo, Leonardo...pensé aún guardabas mi número, me alegra si haya llegado mi mensaje y como dije, cuentas conmigo para lo que sea"

Miré el reloj, ya era tarde y el sueño inesperadamente estaba por vencerme.

"Gracias, ya tendremos tiempo de hablar pero por ahora estoy por quedarme dormida, me despido pero espero poder verte pronto, me dio mucho gusto saber de ti, descansa"

Si bien no quería hablar del tema de mi madre, Leonardo era un buen amigo y solía sentirme a gusto a su lado, quizá salir con él y distraerme, despejaría mi mente.

Mi celular sonó una vez más.

"Cuando quieras, descansa pequeña"

Miré el mensaje pero ya no respondí, en su lugar cerré los ojos y me quedé dormida.


_____________________

¡Hola! Gracias por haber leído este primer capítulo de lo que espero sea un proyecto que te guste ^^ 

Espero puedas dejarme tu comentario y/o opinión y no olvides seguirme en mis redes sociales...para quer me conozcas un poco más y puedas estar al pendiente del blog también...bueno un besito y abrazo! :3