miércoles, 25 de julio de 2012

¿MI AMADO...CUÑADO?...prólogo


POV EDWARD

-¡Hermanito Eddie!-gritó Emmett al abrir la puerta, Bella se rió ante el nombre que me puso mi hermano.

-¡Emmie!-fingí alegría al saludarlo con una sonrisa más que exagerada, Alice estalló a carcajadas al ver nuestra pelea de apodos.

-De verdad que eres igual a él, ¿Por qué conmigo eres tan serio?-preguntó Bella al pasar a casa de la familia.

-Emmett revive lo Cullen que llevo dentro-cerré la puerta detrás de nosotros y le sonreí- toda esta situación me había opacado un poco pero parece que para él fue al revés-bromeé.

-¿Pues que esperabas?, ¿Qué me convirtiera en Jasper?-

Todos en la sala rieron, Jasper nos miró seriamente, pero me asustó ver la forma en que sonreía, parecía malicioso, pero no le tomé importancia, él era el más serio de todos nosotros después de Carlisle, incluso a veces me sorprendía que fuera pareja de Alice.

-¡Ven Bella!-llamó la más pequeña de nosotros los Cullen, mi prometida me miró nerviosa, pero asentí en forma de animarla, después de todo Charlie no era alguien difícil de conocer, en cambio toda mi familia era más complicada, en especial mi hermana favorita.

-Ven, te enseñaré las fotos de Edward recién nacido, ¡Se veía tan lindo en la tina…!-ronroneó Alice antes de arrastrar a Bella hacia la sala.

-¡Alice no!-grité pero fue tarde, Bella y ella ya estaban riendo a carcajadas.

-Tranquilo querido hermano-comenzó Rose-no fue idea de Alice enseñarle tus fotos a Bella-terminó de decir y me giré a ver a Emmett irritado.

-¿Qué?, ¡no me veas así si no fui yo!-se quejó el grandote.

Entonces Jasper soltó la carcajada a rienda suelta.

-¡Jasper!-grité.

-Edward se más flexible, no tiene nada de malo que…-comenzó a defenderlo Emmett pero la voz de Alice se alzó sobre cualquier otra en la casa.

-¡Mira que pequeño lo tenía Emmett!-y sin poder evitarlo Bella se rió fuertemente.

-¡Jasper!-gritó mi hermanito tan irritado como yo.

-Oh oh…-se lamentó Jasper antes de comenzar a correr.

De acuerdo, mi familia era rara, pero ahora con Bella a mi lado era más fácil adaptarme a ella y dejar salir el lado irresponsable dentro de mí.

No había más rencores, no había nada de que preocuparse, nuestra familia había logrado ser la misma de antes, y con algo más.

Ellos sabían toda la historia acerca de todo lo que había pasado durante el arresto de mi hermano, pero no buscaron culpables de nada, había sido tan fácil poder volver a tener una vida a la cual regresar, poder compartir todas estas sensaciones con la mujer que amaba, la mujer que comenzó como una enemiga, se volvió una espina constante en mi costado, se volvió una gran responsabilidad pero que al final se había vuelto la mujer de la que me había enamorado, la mujer que había secuestrado mi corazón.

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Alo0!! Bueno no podía dejar esta historia sin un prólogo, se que no es la gran cosa pero bueno y que parece que quise quedar empate con Caro por el número de capítulos y el prólogo pero al final se dio así jajajajaja, en fin ahora si, Mi Amado Enemigo ha llegado a su fin, gracias por todo atte. YoceCullen

13.-MI AMADO ENEMIGO..mi amado enemigo


POV BELLA

-¡Mátame!-le grité, me daba igual que lo hiciera o no, nada podría ser peor que ver como la persona a la que amas muere a cada minuto que pasa mientras la persona que tanto daño había hecho te tenía a su merced…

Pero de repente oí un grito de dolor y no era mío, el tipo calló tendido y yo me aparté de un salto.

-¡Edward!-grité en cuanto lo vi de pie con una roca ensangrentada en mano, aún estaba vivo y a pesar de todo estaba defendiéndome.

-Te quiero Bella, siento todo esto-se disculpó, cayendo también al suelo, corrí a ayudarlo, arrodillándome junto a él.

-No tienes nada de que disculparte, si tanto dices que me amas ¡resiste!-le pedí con los ojos nublados por las lágrimas.

-Lo haré mi Bella, lo haré…-y entonces se desmayó.

Busqué en su chaqueta de Edward, buscando algo que pudiera ayudarme, y a pesar de tener a la persona que amaba en brazos muriendo a cada segundo que pasaba y a tu agresor tirado a unos solos pasos de ti, la suerte no estaba del todo ausente.

Edward traía su celular consigo, lo saqué toda temblorosa y concentrándome lo más que pude, marqué el número de la policía.

-Comisaría de Forks, Charlie Swan al habla-contestó mi padre, un nudo me bloqueó la garganta a causa de un nuevo dolor, ¿Cómo le explicaría todo esto?

-¡Papá ayúdame!-grité.

-¿Bella? ¡Hija!-respondió agitado soltando millones de preguntas acerca de cómo había escapado, de cómo estaba, quería responderle pero este no era momento para que se pusiera paranoico ni para yo confesarme.

-¡Escúchame! Necesito que mandes una ambulancia al bosque, no me importa como le hagas pero debes encontrarnos, no se donde diablos estamos y…Edward está herido…-al decir eso la voz se me cortó por un sollozo, no podían llegar tarde, simplemente no podían.

-¿Te hizo algo?, Bella si él te ha hecho daño…yo-Charlie era demasiado desesperante, ¿no entendía que mi maldita vida no me importaba, que Edward estaba muriendo y que sus conclusiones iban más allá de lo ridículo?

Pero sin querer me había dado una idea para hacerlo llegar más rápido, no lo pensé demasiado.

-¡Hay me duele demasiado!-gruñí fingiendo dolor-¡ya envía la maldita ambulancia!

Y colgué, no tenía para nada deseos de que él siguiera preguntando y perdiera el tiempo, en cambio si él creía que la herida era yo, estaba segura que nos encontraría en un tiempo record.

Miré a Edward, estaba pálido, estaba perdiendo demasiada sangre y yo como una imbécil me quedé sin hacer nada más que intentar despertarlo, me maldije al acordarme de todas esas clases de primeros auxilios que habían dado en la escuela, si tan solo pudiera hacer algo más que esperar.

-¡Edward! Despierta, ¡te perdono si eso es lo quieres pero no se te ocurra morirte en frente de mí!-le grité una y otra vez, supe que aún estaba con vida cuando medio abrió los ojos, apenas una chispa de vida salió de ellos.

No se si fueron minutos, horas o una eternidad lo que tuve que esperar para poder oír las sirenas de las ambulancias y la patrulla, llegando a nosotros, mientras tanto el rubio aún seguía tirado, en momentos, cuando mi atención no estaba centrada en Edward, volteaba para asegurarme que aún siguiera inconsciente, el esfuerzo de Edward no sería en vano.

-¡Bella!-chilló Charlie al verme ensangrentada al pie del chico herido al lado mío.

-Estoy bien-le dije con voz al borde de la histeria-pero Edward salió herido al tratar de defenderme de él-le expliqué señalando al maldito, justo en ese momento me di cuenta de lo mal que estaba, mi mano no paraba de temblar.

Oí a Charlie maldecir entre dientes mientras me pasaba un brazo sobre los hombros y los paramédicos se abrían paso para llegar a ellos dos.

-Sálvenlo, por favor, papá lo amo…-confesé mientras todo a mi alrededor daba vueltas y se volvía obscuro, lo último que sentí fueron un par de brazos deteniéndome antes de caer al suelo.

POV CHARLIE

La esperanza de que ese Edward pudiera cumplir con su promesa me había hecho volver a la vida, como si despertara de un mal sueño, pronto mi hija estaría conmigo y las cosas serían como antes.

Así que había regresado a la comisaría, no podía dejar una vida al lado y dejar que Bella me encontrara así como un mediocre que no podía sobrevivir solo.

El teléfono sonó casi al momento de entrar a la comisaría, contesté casi al último timbrazo.

-Comisaría de Forks, Charlie Swan al habla-contesté como siempre, bueno como siempre antes de que todo esto pasara.

-¡Papá ayúdame!-gritó.

-¿Bella? ¡Hija!-respondí sorprendido y asustado a la vez, de nuevo oír su voz me había esperanzado, algo que solo duró un instante por que el timbre de urgencia que se oía en ella no era para nada bueno.

“¿Estás bien?, ¿Estás herida? ¿Cómo escapaste?...” comencé a preguntarle, había tanto que deseaba saber en ese momento, pero ella no contestó a nada.

-¡Escúchame! Necesito que mandes una ambulancia al bosque, no me importa como le hagas pero debes encontrarnos, no se donde diablos estamos y…Edward está herido…-al decir eso la voz de mi hija se dejó de escuchar, ¿Cómo que Edward estaba herido? ¿Qué hacía Bella en medio del bosque?

Era demasiado confuso, todas las esperanzas de aquella mañana acerca de volver a una vida tranquila se esfumaron tan rápido como vinieron.

-¿Te hizo algo?, Bella si él te ha hecho daño…yo-le pregunté con poca cordura, la simple idea de verla herida a causa de él era insoportable.

-¡Hay me duele demasiado!-gritó adolorida-¡ya envía la maldita ambulancia!

Y en ese mismo momento me colgó, yo estaba fuera de sí, mandaría dos ambulancias y yo personalmente iría en la patrulla, si mi hija estaba mal de alguna manera, no me importaría pasar el resto de mi vida en la cárcel con tal de ver a Edward muerto.

-¡Bella!-chillé al ver a mi pequeña ensangrentada y con los ojos rojos, abrazada al cuerpo de Edward, estaba tan mal que el odio desapareció.

-Estoy bien-me dijo con la voz distorsionada por el llanto-pero Edward salió herido al tratar de defenderme de él-me explicó señalando a un tipo rubio tirado en el suelo, por la descripción que aún no olvidaba a pesar del tiempo.

-Maldita sea-mascullé entre dientes, abracé a Bella mientras caminábamos hacía la patrulla.

-Sálvenlo, por favor, papá lo amo…-me dijo con tono total de adoración, antes de que cerrara los ojos y se colgara completamente de mi, se había desmayado.

-Bella-la llamé asustado, pero un paramédico la revisó rápidamente mientras subían a Edward y al otro tipo a la ambulancia.

-Ella está bien, solo se ha desmayado a causa de la impresión de todo esto, ha sobrellevado todo muy bien si tomamos en cuenta la situación.

-Gracias-le dije con el corazón en la mano mientras la subía en a patrulla y la acomodaba para poderla llevar al hospital, no era que no le creyera a los expertos en todo eso de los primeros auxilios pero quería que la revisaran de pies a cabeza.

Conduje despacio dejando que las ambulancias llegaran antes que nosotros, tenía la urgencia de Bella pero no me arriesgaría a lastimarla si conducía más veloz.

Además debía pensar, si Edward moría, Bella sufriría como nadie, el asesino por el cual Emmett Cullen había sido inculpado al fin había aparecido y el destino había querido que al final yo también hiciera lo correcto, quizá era momento de hacer lo que a muchos nos había complicado la vida.

POV EDWARD

-Bella, no te vayas, por favor quédate conmigo, te juro que no quería hacerte daño y que me enamoré de ti en cuanto te empecé a conocer, si hubiera sabido eso desde un principio…-comencé a decirle, mirándola con ojos suplicantes.

-Es demasiado tarde para eso Edward Cullen, debiste saberlo hace mucho y ahora no quiero volver a verte…Te odio-esas dos palabras nunca habían sido tan duras, pero ahora en sus labios eran como cuchillas que lastimaban peor que el ácido.

-Bella por favor…-pedí.

“Edward…”oí que su voz ahora era suave, quizá me preparaba para algo peor.

“Edward despierta, ya estás a salvo, nadie nos va a lastimar y tú te tienes que mejorar por mí, por nosotros”

Quería responderle pero no sabía si soñaba, si solo mi mente recreaba su voz para hacerme sufrir más.

Entonces vi su rostro, esta vez era real, por suerte todos mis temores habían sido solo un sueño pero me temía que pronto ese mal sueño se hiciera realidad.

-¡Despertaste!, estaba tan preocupada, después de dos días temía que no despertaras…-y su voz se desvaneció.

¿Tanto llevaba aquí en el hospital?, ahora me sentía bien, un poco cansado y adolorido pero bien.

-Edward, lo siento tanto, no quería que te lastimaran-se disculpó sollozando.

Levanté una mano y a pesar de las ligeras punzadas por la intravenosa, acaricié su mejilla e intenté sonreírle.

-Bella debo confesarte algo antes de que te arrepientas de estar aquí conmigo-comencé a decirle despacio, pensé que se sorprendería de que en este momento le dijera algo así pero al contrario, me miró aún más tiernamente.

-Edward no tienes que confesarme nada, ya lo sé todo, lo supe el día que saliste con “ese amigo”-me explicó remarcando las palabras “ese amigo” en un tono amargo de sarcasmo.

-Lo siento tanto, comprenderé si no me perdonas y también comprenderé si quieres meterme a la cárcel-

-Por favor no me lastimes con eso, te perdoné en el mismo instante en que supe que estaba enamorada de ti a pesar de todo, comprendí que eres la persona que amo y que si tuviera que volver a pasar por todo esto para estar contigo lo haría feliz-dijo con tanta dulzura que me hizo olvidar por un momento la situación del hospital, la situación de mi hermano, de su padre…

-Pero yo no permitiré que nada de eso se repita otra vez, no dejaré que nada ni nadie te haga daño-le prometí.

-Lo se, me lo has demostrado, a pesar de todo siempre cuidaste de mí hasta el último instante-se acercó a mí-te amo Edward Cullen y no voy a dejar que nadie me separe de ti, y ni siquiera si esa persona que nos separa eres tú.

-No merezco que me ames después de todo el daño que te hice, después de ocultarle la verdad, mentirte al aprovecharme de tu amnesia, lastimar a tu padre al secuestrarte a ti, soy malo Bella-confesé con el corazón hecho trizas.

-Mi papá ya me explicó lo que hablaste con él, tu intención de liberarme y dejar que te denunciara aún cuando eso implicara que te encerraran-me explicó sonriente-también me dijo que te pide perdón por lo de Emmett.

-Eso le corresponde a Emmett-hice una pausa-Bella, ese maldito del bosque era el mismo que mató al hombre por el cual inculparon a mi hermano, tu padre debe hacer algo esta vez, Emmett no puede seguir en la cárcel cuando el verdadero asesino está fuera.

-Tú hermano tiene un corazón muy grande, ya ha perdonado a mi papá, por eso ahora a quien pide perdón es a ti-me sonrió de manera cegadora, no comprendí sus palabras hasta que las analicé por segunda vez.

-¿Emmett ya está libre?-pregunté atónito, era como si al final todo hubiera valido la pena.

-Si, James confesó todo, y ahora está pagando por todo lo que nos ha hecho, Emmett no quiso levantar cargos en contra de Charlie y siempre le estaré agradecida por eso-

Me quedé sorprendido sin decir nada, era tan perfecto que me daba miedo despertar en cualquier momento.

-Yo también reconozco que no es tan fácil de asimilar pero al final todo ha valido la pena-

-Si, pero aún así faltan dos cosas-la atajé.

POV BELLA

-¿Si? ¿Cuáles?-pregunté risueña.

-Una es pedirle perdón a tu padre, por que a pesar de todo también le hice daño-pero antes de que pudiera continuar lo interrumpí,

-El ya te ha perdonado, se que suena como un poco ego centrista pero quiere que sepas que no te guarda rencor, no después de lo que hiciste por mí, pero deja eso a un lado y dime cual es la segunda cosa que falta-le pedí.

-La segunda cosa que falta es decirte lo que siento por ti sin que haya mentiras de por medio-hizo otra pausa y me tomó de la mano, y mirándome fijamente a los ojos continuó-Te amo Isabella Swan, te amo más que a nada en el mundo y quisiera saber si sientes lo mismo que yo-

Pero no le dijo nada, aunque más explícito no podía responderle.

Sus labios sobre los míos hicieron que todo el dolor, las preocupaciones y el oscuro pasado se borraran pasa siempre.

Supe que la vida siempre te pone en el camino cosas difíciles pero que te recompensa con cosas mejores, lamenté el hecho de que el hermano de Edward hubiera sufrido, pero al final todo me había llevado a él y no me arrepentía de nada, después de todo la vida me había premiado con mi amado enemigo…

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Alo0!! Bueno pues espero les haya gustado el último cap de este fic, se que a lo largo de toda la historia me han apoyado y se los agradezco muchisisisisisisimo!!!! Espero hayan disfrutado de este cap y de todos, gracias a ustedes pude llegar a terminarlo, gracias por leer y por apoyarme con sus coments.

Y otra cosa que espero es que le haya dado un buen final, por que no quiero fallarles, y bueno creo que ya dije mucho así que espero nos leamos pronto con otra historia, oneshot, songfic o lo que sea ajajjaja, bueno me despido solo por ahora atte. YoceCullen ^.^

12.-A FIN DE CUENTAS...mi amado enemigo


POV BELLA

Esta sería mi última oportunidad para poder escapar de aquí, estaba segura que no sería capaz de fingir más si seguía más tiempo al lado de Edward, sabía que o él terminaría descubriéndome o yo terminaría diciéndole la verdad.

Era cierto que no podía resistir a Edward, él me hacía sentir tan viva…pero no dejaría que esto me impidiera hacer lo correcto, quizá yo pudiera decidir por mí, pero mi padre era harina de otra costal y el daño que él le había hecho no lo dejaría así como así, además si Edward hubiera sido honesto conmigo, todo hubiera tenido una solución, pero para mi desgracia lo hecho, hecho está y el “hubiera” no existe.

Edward se quedó dormido con sus brazos a mi alrededor, lo cual me hizo pensar las cosas aún más, era tan difícil hacerse a la idea que la persona a la que creías odiar con toda tu alma, había fingido amarte mientras tú creías amarlo también, y que después de todo, a fin de cuentas terminabas perdidamente enamorada.

Pero el uso de la razón era más insistente, gritándome a cada segundo “Bella sal de ahí”, y así fue, no tomé nada de esa casa más lo único que llevaba puesto, no cuando cada cosa me recordaría a Edward.

El bosque rodeaba la casa como el mar a una isla, no sabía por donde empezar así que comencé a correr hacia donde se me ocurrió primero.

Odiaba no encontrar una salida o algún sendero que me indicara la dirección correcta, pero no encontraba más que arbustos y densos árboles.

¿Edward sería capaz de hallarme antes de que pudiera salir de aquí? ¿Me volvería a encerrar a pesar de sus promesas de amor? ¿O me volvería a odiar como antes?, esa última pregunta me dolió más de lo que hubiera querido.

Seguí caminando, pero al parecer estaba más desorientada que nada, así que decidí sentarme bajo un árbol, me di por vencida, si Edward lograba encontrarme dejaría lo que tuviera que pasar.

-Vaya vaya, pero que lindo animalito me he encontrado en el bosque-dijo una voz de hombre en un tono no muy alentador.

¡Maldita sea! Gruñí en mi mente, no me bastaba estar perdida en medio del bosque, si no que además me encontraba con un tipo de mal gusto.

Me puse de pie, yo no me dejaría tan fácil de él, así que si estaba dispuesto a molestarme, me encontraría de pie y preparada para defenderme.

-¡Déjame en paz y lárgate!-grité molesta, esperaba que viera que yo no era la mejor persona a la que pudiera molestar y que si era inteligente se iría.

-Me gusta tu papel de chica ruda-se acercó y me tomó la barbilla, me aparté-pero no te conviene meterme con alguien que es más duro que tú.

-Lo dudo mucho-dije con fuerza dándole una patada en la entrepierna.

El tipo gruñó de dolor y aproveché para correr, no tenía miedo pero tampoco era que me gustara mucho enfrentarme a esta clase de situaciones.

Pude oír sus pasos tras de mí, y lo peor fue que cada vez lo oía más y más cerca.

Seguí corriendo hasta llegar al límite de mis fuerzas, pero seguía sin poder escapar, era muy traumante no saber que dirección tomar, en especial cuando un tipo me perseguía y que si me lograba alcanzar podría hacerme cualquier cosa y nadie se daría cuenta, ojalá pudiera estar Edward conmigo, él sabría como salir de aquí y nada de esto estaría pasando.

Pero claro ahora no sabía si era más peligroso estar con él o en esta situación, ¿Quién de los dos sería más peligroso?

-¡Te tengo!-gritó victorioso aquél estúpido en cuanto logró jalar mi blusa y detener mi frenética carrera.

-¡Suéltame!-dije en respuesta a todo pulmón tratando de golpearlo con mis puños, pero era demasiado fuerte, me inmovilizo contra un árbol en un segundo.

-Tú te lo buscaste por querer enfrentarme cariño, ahora verás quien es el más duro de los dos-amenazó comenzando a besarme el cuello.

-¡Auxilio!-grité una y otra vez, quizá si algún explorador estaba por allí…

-No hay nadie por aquí, no creo que alguien te escuche-garantizó callándome con un beso.

Ahora no podía gritar, no podía pedir auxilio, no podría escapar.

Lo único que pensaba era en lo asqueroso que resultaba esto, y en como a pesar de todo Edward nunca me había hecho daño, a pesar de lo que creía acerca de mi padre, a pesar de querer venganza, pero ahora era distinto, estaba segura que lo único que deseaba este maldito era dañarme.

-¡Eres repugnante!-le grité en cuanto mi boca estuvo libre-¡Toma tu asqueroso veneno!-y entonces le escupí en la cara, me sentí extraña al recordar que lo mismo había hecho con Edward, como deseaba tanto que él estuviera aquí…

-¡Suéltala!-oí gritar a una voz diferente, una voz que un día me había llenado de odio, la voz de Edward.

¿Qué hacia él aquí?, se supone que estaba dormido, ¿Cómo me había encontrado?

No me importaban las razones ni los motivos, daba gracias al cielo por eso, después podría encerrarme de nuevo, pero al menos había garantía de vivir.

Pude sentir como mi atacante me lanzaba contra un árbol, al igual que pude sentir el golpe contra mi cabeza, quedé como adormecida, no me podía levantar, estaba débil, me había dolido pero al menos no quedé inconsciente.

Entonces lo vi, allí estaba viéndome con expresión preocupada, asentí para que se diera cuenta de que me encontraba bien, al menos en lo que al golpe se refería.

-¿Quién te crees tú para arruinar mi pequeña reunión?-gruñó aquel desconocido haciéndole frente a Edward, dándome la espalda.

-Soy el hombre que te va a hacer pagar lo que le has hecho a ella y a mi familia-la voz de Edward estaba tan dura y fría que era como si fuese otra persona, pero su comentario…no lo entendía, ¿se conocían?

-Ya veremos, recuerda lo que le pasó a tu querido hermano-fue lo último que escuché antes de que todo se volviera una lucha, mi atacante se abalanzó sobre Edward pero él logró esquivarlo antes de que lograra siquiera tocarlo.

-¡Edward cuidado!-traté de gritar al ver que la lucha no era limpia…

POV EDWARD

Me desperté de golpe, después de una terrible pesadilla, un mal sueño donde Bella no me perdonaba por haberla engañado de esa manera.

-¿Bella?-pregunté al notar que mis brazos estaban vacíos, quizá había ido al baño, quizá le había dado hambre…

Seguí buscándola pero no estaba por ningún lado, ¡Rayos! ¿Dónde podría estar?, la única cosa que la haría irse sin decirme nada era lo que menos hubiera deseado.

Me sentí como un estúpido cuando caí en la cuenta de todo, esa conversación sobre la sinceridad, esa reacción de su parte…ella lo sabía todo y aún así me dio la oportunidad de ser sincero con ella, una oportunidad que yo había desperdiciado como un idiota.

La única forma en la que Bella se podía haber ido era caminando y la conocía lo suficiente para saber que su sentido de la orientación no era muy bueno, quizá estuviera perdida, y entonces yo podría encontrarla y hacerla escucharme, pedirle que me perdonara y poderlo intentar de nuevo.

Sin pensarlo dos veces comencé a caminar para adentrarme al bosque, no me importaba el tiempo que me pudiera llevar buscándola, la encontraría.

Y por primera vez comencé a sentir la desesperación al no verla por ninguna parte.

-¡Bella!-grité pero no hubo ni un sonido en respuesta.

Seguí buscando por más tiempo, no permitiría que esto terminara así y mucho menos que Bella terminara perdida en medio del bosque, podría encontrarse con algún peligro, yo no estaba seguro pero tenía un terrible presentimiento.

-¡Auxilio!-chilló una voz a lo lejos.

-¡Bella!-rugí y comencé a correr de verdad en dirección al corazón del bosque.

Fue entonces cuando la vi, un tipo rubio no más alto que yo la tenía acorralada, con su mano en la cintura de la chica que amaba y atosigándola de una manera repugnante.

-¡Suéltala!-le ordené con fuerza, que se metiera conmigo, pero no le perdonaría que le hiciera daño a Bella, a ella no.

Pero no preví que mi repentina llegada lo haría lanzar a Bella contra un árbol, haciéndola que se golpeara la cabeza, eso me sacó de quicio, pero él se mantenía aún cerca de Bella, sabía que debía atacar pero no lo haría hasta saber que no la dañaría más.

-¿Quién te crees tú para arruinar mi pequeña reunión?-preguntó en tono retador, con la mirada hacia el frente.

Entonces lo reconocí, nunca antes lo había visto pero era la descripción exacta que Emmett me había dado cuando lo arrestaron, ese debía ser el maldito asesino por el que habían inculpado a mi hermano.

-Soy el hombre que te va a hacer pagar lo que le has hecho a ella y a mi familia-le escupí las palabras con el mayor odio que pude, esta era mi oportunidad.

-Ya veremos, recuerda lo que le pasó a tu querido hermano-se burló al reconocerme, por supuesto el caso de Emmett había resonado en varios medios, no había duda que me conocía por ello.

Entonces se vino contra mí dispuesto a golpearme y tirarme, pero logré hacerme a un lado antes de que pudiera tocarme.

Él logró darme un par de puñetazos, pero no era más fuerte que yo, la rabia de saber que él había arruinado la vida de mi familia y que había dañado a la mujer que amaba me hizo hervir la sangre, la adrenalina corría por mis venas a toda velocidad.

-¡Edward cuidado!-oí decir a Bella un poco débil, al voltearla a ver me distraje y por poco ese maldito logra darme con un cuchillo que había sacado por debajo de su chaqueta.

-¿!No puedes defenderte tú solo o que!?-lo reté retrocediendo un par de pasos.

-Tranquilo que esto no es para ti-dijo antes de tomar a Bella y poner la navaja por debajo de su cuello.

-¡Bella!-grité aterrado, no lograría sobrevivir si perdía la perdía a ella.

-Tranquilo, no haré que sufra…mucho-prometió mientras clavaba el cuchillo en contra de el suave cuello de Bella, una delgada línea roja se comenzó a marcar sobre su piel pálida.

-¡Suéltala!-supliqué al oírla chillar de dolor, puse ambas manos boca arriba en señal de rendición.

-Una muerte más, una muerte menos-se encogió de hombros-quizá hasta le hagas compañía a tu querido hermano en la cárcel.

-Mátame a mí-le grité-pero no a ella-ahora mi voz era un susurro.

-Me gusta ver como sufres-bufó antes de hacer otro corte sobre su cuello, su grito de dolor me desgarró el corazón.

Ni siquiera lo pensé cuando me abalancé sobre ellos, quité a Bella de en medio con un empujón y con otro tiré a ese asesino al suelo.

Forcejeamos mientras dábamos vueltas en la tierra, él aún mantenía su cuchillo en mano, pero no lo dejaría hacer nada más con él ni que volviera a hacer daño.

Después de forcejear aún más, logré que soltara la navaja, arrojándola a un lado de nosotros.

Lo golpeé un par de veces más, la furia me cegaba, solo una fuerza mayor me detuvo, si yo lo mataba a golpes me ensuciaría las manos con una rata y sería como él.

Él quedó inconsciente, pero no era nada grave, aproveché para regresar con Bella, me arrodillé a su lado para poderla ayudar.

-Lo siento tanto Bella, por mi has tenido que pasar todo esto, desde un principio la culpa fue mía, pero quiero que sepas que te amo, que eres lo más importante en mi vida y que no dejaré que vuelvas a sufrir por mi culpa-le prometí, pero su reacción no era lo que yo esperaba, me miraba con gesto aterrado, el vivo horror.
-Bella ¿Qué sucede?-le pregunté alarmado, cuando ella señaló detrás de mí…

POV BELLA

-¡Edward no!-grité demasiado tarde, el cuello me dolía a los mil horrores, pero debía avisarle, una advertencia que no llegó a tiempo.

Aquél tipo había recobrado el conocimiento, y con el también había recuperado su cuchillo, Edward no descifró el temor en mis ojos, yo también lo amaba y por eso deseaba salvarlo, pero fue demasiado tarde.

El sonido del metal atravesando la piel de Edward me dolió como si me lo hubieran clavado a mí, Edward arqueó la espalda en reacción al ataque, el estúpido asesino sonrió orgulloso de si mismo.

-¡Edward yo también te amo, por favor no te mueras!-chillé.

-Demasiado tarde muñeca-dijo mi atacante sonriendo de oreja a oreja, mientras se acercaba y me tomaba de la mano halándome como a un juguete.

-Vamos a terminar lo que comenzamos-y de nuevo me abrazó como al principio, luché para zafarme pero no podía, él era más fuerte que yo.

-¡Mátame!-le grité, me daba igual que lo hiciera o no, nada podría ser peor que ver como la persona a la que amas muere a cada minuto que pasa mientras la persona que tanto daño había hecho te tenía a su merced…

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Alo0!! Bueno este es el penúltimo capítulo de ¡Mi amado enemigo!, espero les haya gustado, y también espero estar dándole un buen desenlace a esta historia que tanto me han apoyado a escribir, de verdad gracias.

Me dolió hacerle esto a Edward, pero es que…!shhhh! jajajjaja es un secreto XD jajajaja pero no falta mucho para tener el próximo cap, así que gracias por leer y recuerden que si les gusta Twilight y las historias más locas, este es el blog indicado.

Los deja con un beso y un abrazo…!Oh! ¿se me olvida algo?, mmm creo que no jajajaja oki doki, luego nos leemos, atte. YoceCullen.


11.-RECUERDOS...mi amado enemigo



POV BELLA

La respuesta de irse con un amigo no me convencía para nada, Edward era astuto y eso lo sabía pero yo había logrado conocerlo más allá de lo que él pensaba y creía, él no sería capaz de mentirme o al menos eso pensaba por que se había puesto nervioso al decirme a donde iba, y aún más cuando no me dejó ir con él.

Ese no era para nada su comportamiento habitual, y por eso decidí hacer algo que había dejado pendiente hace poco.

Caminé hacia el escritorio de madera y tomé la fotografía de aquel señor del otro día, la observé fijamente y tuve la sensación de querer recordar algo pero sin poder hacerlo, era desesperante sentirme así y no me gustaba para nada.

Tratando de ignorar esa espinita que me molestaba demasiado, seguí buscando en los cajones, uno por uno pero no había nada más que cosas de papelería, así que solo tomé aquella imagen y volví a entrar al cuarto de Edward.

La curiosidad me mataba por que estaba completamente algo me ocultaba y quería descubrirlo, y si, el que busca encuentra pero correría ese riesgo a pesar de que lo que pudiera encontrar no fuera lo que más me gustaría ver.

Busqué en los cajones de su habitación pero no había nada, estaba tan vacío como en el escritorio, también busqué en el closet pero tan solo había ropa, de allí en fuera no había ningún otro lugar donde poder buscar, me sentí decepcionada.

No había nada que me pudiera ayudar en mi búsqueda salvo que en su cama estaba su computadora, pensé que no podría descifrar la clave como la vez anterior pero debía intentarlo.

Tomé la computadora y la abrí, para mi sorpresa esta vez estaba desbloqueada, Edward no la había programado para pedir la contraseña, una señal más de su mentira, estaba tan interesado en salir que no se había preocupado por bloquear su información.

Claro, ya tenía la oportunidad que quería pero justo en este momento no sabía que rayos debía buscar y más con el tiempo encima, Edward había prometido no tardar y eso si podía creerle.

Busqué en los archivos y supe inmediatamente que era lo que ansiaba encontrar en cuanto vi que solo había un par de archivos, uno decía mi nombre y el otro era de Charlie Swan, ¡era mi apellido!, esa persona debía ser algo de mí, pero no me explicaba el por que Edward tenía un archivo de mi, por más que le buscaba coherencia nada coincidía.

No podía recordar como Edward y yo nos habíamos conocido pero era ilógico que él me investigara antes de ser novios, pero después averiguaría eso, lo que más me intrigaba era saber más de ese tal Charlie, ¿Quién diablos era?

Dí clic sobre el archivo y me desplegó varías páginas en Word, llenas de datos pero como principal pude ver la imagen del mismo señor de la fotografía que por el nerviosismo yacía arrugada en el puño que se había formado en mi mano.

Comencé a leer, aquí estaban todos sus datos, nombre, edad, ocupación, parecía una biografía pero las palabras debajo de todo eso me hicieron estremecer…hija Isabella Swan.

Me quedé helada observando la pantalla como boba, ese señor era mi padre y por eso su foto había llamado tanto mi atención ahora lo comprendía, el color de sus ojos y del cabello, no habían sido importantes hasta ahora.

-¡Aggghhh!-grité cuando mi cabeza me punzó con toda su fuerza, era insoportable.

Pero con el dolor vino algo aún peor, ahora podía verlo con claridad, Edward Cullen era mi secuestrador y no lo que había fingido ser todo este tiempo, ahora podía recordar a Charlie, claro él nos había estado vigilando antes de encerrarme.

Los recuerdos habían regresado pero los otros no se habían ido, la desesperación me partía en dos, por un lado lo odiaba, sabía el daño que me había hecho a mí y a mi padre, sabía que debía aborrecerlo pero no podía hacerlo por completo, yo lo…amaba.

Pero traté de borrarme esa idea de la mente en el mismo instante en el que había llegado, él debía haberse aprovechado de mi estúpida amnesia para engañarme, para hacerme creer que me quería cuando en realidad solo lo fingía para que yo no escapara a la menor oportunidad, para que no lo acusara con la policía y se pudriera en la cárcel.

¿Qué haría ahora? Por supuesto que la opción de todo esto era escapar, lo haría ahora mismo.

Cerré la computadora de golpe con el corazón aún agitada por la sorpresa, me iría de aquí inmediatamente aún si no supiera en donde estaba o hacia donde debía de ir, pero no me importaba para nada por que quería regresar a casa, contarle a mi padre lo que había sucedido y escapar de ahí hasta que Edward estuviera detrás de las rejas.

Estaba a punto de marcharme cuando oí su auto acercarse, podía salir y correr pero él me alcanzaría, y además ahora que mi opción de escape quedaba totalmente eliminada lo único que podía hacer era lo mismo que él, fingir.

No me dio tiempo más que de quedarme allí parada y fría a esperar a que él entrara por la puerta.

-Hola amor-saludó al entrar por la puerta avanzando hacia mí, dí un paso hacia atrás sonriendo a medias, sabía que debía fingir pero no podía hacerlo bien, la angustia, el rencor y el temor a que si descubría que yo me había enterado de todo, me encerrara de nuevo y tomara represalias en contra de mi padre.

Él notó mi duda.

-¿Qué sucede?-preguntó precavido, mi reacción parecía asustarle, como si yo pudiera hacerle algo y no al revés.

-Nada, es solo que te extrañé, es tonto por que no te fuiste por mucho tiempo pero tenía un mal presentimiento-mentí, él sabía que en veces anteriores realmente no me gustaba que se fuera, así que me abrazó.
-No me ha pasado nada, tranquila, ya estoy aquí y no me iré a menos que tú me lo pidas-me dijo mientras buscaba mis labios, lo esquivé.

-Bella… ¿de verdad no pasa nada más?-me preguntó con voz seria, si yo seguí a con esta actitud, me descubriría pronto.

Sabía que estaba mal, sabía que él nos había hecho daño a mí y a mi padre pero debía distraerlo, y no podía evitarlo yo lo quería, no podía odiarlo como recordaba haberlo hecho.

Miles de ideas pasaron por mi cabeza, pero no pude hacer mucho contra el deseo que sentía cada vez que él se acercaba a mí de esa manera, me di por vencida, me dejé por llevar por las increíbles sensaciones que Edward causaba en mí, dejé que me besara y que de nuevo me hiciera suya.

-Te amo Bella, te amo más que nada en este mundo-me dijo Edward al oído mientras me abrazaba con ternura, era doloroso que dijera eso, ahora que ya sabía la verdad, me dolía saber que por un instante había visto mi futuro a su lado, que por breve lapso de tiempo había creído amarlo y lo que me daba más miedo era saber que quizá mis sentimientos por él no cambiaran.

-¿Sabías que siempre seré sincera contigo pase lo que pase?-le pregunté con toda la intención de hacerlo caer, él decía que me amaba y yo sabía que decía la verdad por que no tendría por que mentir, no cuando pensaba que yo no recordaba nada de lo que él había llegado a ser.

-Bella... ¿Por que dices eso?-preguntó nervioso.

-Por nada, solo quiero que lo sepas, yo querría que tú fueras sincero conmigo todo el tiempo-dije con tono inocente, no quería levantar sospechas acerca del repentino regreso de mi memoria, pero que a la par se sintiera presionado a decirme la verdad.

Edward no dijo nada, pero si se puso de pie y comenzó a vestirse, agradecí el gesto por que sinceramente dudaba poder mantener una conversación seria con Edward como Dios lo trajo al mundo frente a mí.

Lo imité, mi intuición me indicó que pronto se aclararían las cosas y más me valía estar vestida por cualquier cosa.

-¿Qué te pasa?, si fue algo que dije…-me disculpé tratando de parecer lo más inocente posible, como si de verdad no hubiera querido confundirlo.

-No eres tú Bella-comenzó a decir seriamente.

-¿Qué? ¿No eres tú Bella, soy yo?-pregunté fingiendo tristeza-¿quieres terminar conmigo?

-No quiero romper contigo y ese es el problema, que te amo y me dolería demasiado perderte-me dijo como un hombre derrotado, reprimí una sonrisa, ahora no faltaba mucho para que Edward me dijera la verdad.

Sabía que en cuanto me había enterado de la verdad debí haber escapado, sabía que debía denunciarlo pero no podía, no ahora que lo conocía de verdad, cuando él me dijera la verdad, quizá podría perdonarlo, quizá él y yo…

-No me vas a perder, no quiero que digas eso-le pedí dulcemente, ya no podría resistir más así que más le valía decirme la verdad de una buena vez.

-Bella, yo también seré sincero contigo siempre-prometió, abrazándome y llevándome de nuevo al sofá, encendiendo la tele y haciendo como si nada, supe inmediatamente que no me diría nada, que si por él fuera, yo no me enteraría de su pasado nunca.

La decisión la había tomado él con su última respuesta, en cuanto tuviera la oportunidad escaparía a donde fuera, no recordaba la forma de salir de allí pero para cuando Edward se diera cuenta yo ya estaría muy pero muy lejos de él.

POV EDWARD

Las palabras de Bella me habían llegado a lo más profundo, era como si de alguna manera ella supiera ya lo que había pasado antes de su “accidente”

Sabía que debía decirle la verdad, que debía confesarle lo que le había hecho, que la había alejado de su padre, explicarle mis motivos, decirle que sobre todas las cosas la amaba, que la necesitaba, que no quería que se alejara de mí y que fuera mía por el resto de nuestras vidas.

Pero no pude decirle nada, no pude afrontar el miedo de perderla, así que solo la lleve a ver la tele, no se me ocurrió nada mejor para distraerla ni para distraerme a mí, puede que las cosas se complicaran un poco, pero entonces ya estaría listo para decir la verdad.

Con Bella de nuevo en mis brazos, y a pesar de tener el peso de la mentira sobre mis hombros no pude evitarlo, los ojos parecían pesar demasiado, era extraño que tuviera tanto sueño pero quizá fuera por la presión que me dejaba agotado, una pequeña siesta no me causaría ningún daño, al final Bella estaría a mi lado cuando despertara…

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Alo0! Bueno aquí tienen uno de los últimos caps! Perdón por no hacerlo más largo pero es que sigue uno donde las cosas no serán las más esperadas, espero este les haya gustado =D, gracias por leer, saben que eso es lo que me invita a seguir escribiendo.

Debo admitirlo me siento un poco liberada, por que al acabar este fic podré terminar otras ideas que tengo en mente y así traerles más historias que espero de todo corazón les gusten, gracias por el apoyo a este fic, os dejo con un beso y un abrazote, atte. YoceCullen.

10.-CORAZÓN HAZ LO CORRECTO...mi amado enemigo


POV BELLA

-Claro que lo tiene, quédate aquí, quédate conmigo…-dijo Edward mientras soltaba las bolsas de víveres que traía en las manos y tomándome por sorpresa me tomó en brazos llevándome dentro de la casa mientras la besaba con toda la necesidad contenida todo este tiempo.

Sabía perfectamente cual había sido mi plan original, irme de allí inmediatamente después de haber dejado de cojear, sabía que yo no era más que una responsabilidad para Edward pero la forma en que podía sentirlo tan cerca de mí, sentir su calor y su cuerpo entregándose a lo que ninguno de los dos podíamos negar hizo que perdiera cualquier hilo de pensamiento coherente.

Yo lo amaba incluso aunque no lo recordara y él, bueno se supone que éramos novios y yo debía atraerlo también de esa manera aunque me pareciera tonto que de tantas chicas me hubiera elegido a mí.

Esos fueron mis últimos pensamientos racionales por que mi mente por completo se concentraba en él.

Sabía que él tenía la misma necesidad que yo aunque tratara de ocultarla tras esa máscara de integridad y ética, a la porra la ética me dije lo que importaba era que ahora no habría marcha atrás y tampoco yo permitiría que se alejara así como así, no esta vez.

-Edward…-susurré su nombre mientras me recostaba en el sofá, me miró con los ojos llenos de pasión, al menos no era la única deseando esto.

-¿Estas segura?-preguntó con voz ronca, como si temiera que yo le dijera que no, pero no podría haber momento en el que me sintiera más segura de algo.

Asentí callándolo con un beso.

Podía sentir como su piel quemaba la mía hasta con el más mínimo roce, podía sentir como sus labios acunaban los míos formando el beso más tierno pero a la par el más apasionado, era como si Edward fuese otra persona, y descubrí que también deseaba y quería a esa parte de él, lo quería y deseaba todo para mí.

Creí que el romanticismo quedaría en segundo plano en ese momento de poca cordura, pero Edward me levanto en vilo y me llevó a su habitación, toda ella estaba impregnada de su aroma poniendo así todos mis sentidos alerta y multiplicando el deseo aún más.

Bueno después de eso lo que hicimos no fue precisamente muy ético, pero estaba feliz y me sentía plena, podía sentirlo abrazarme aún con los ojos cerrados fingiendo dormir.

-Bella…-me susurró al oído y aprovechando me mordió la oreja ligeramente, sonreí

-Mmm...-rezongué como una niña que no quiere ir a la escuela, aunque en este caso yo no quería abrir los ojos, los recuerdos me envolvían aún y yo quería aprovechar cada segundo de ellos.

-Te amo-dijo así de repente, tan espontáneo y natural que no pude evitar abrir los ojos y girarme para poder verlo a la cara.

Un nudo en la garganta me impidió poder responderle, quería llorar, reír, eran tantas emociones juntas.

Que él me dijera que me amaba hacía que mi corazón se hinchara de orgullo, de saber que yo también lo amaba y era correspondida, la sensación era inexplicable.

-No llores-me pidió limpiándome una lágrima que se escapó traicionera de mis ojos húmedos de alegría.

-Lo siento-tartamudeé-es que es la primera vez que me lo dices desde que llegué aquí y no sabes como esas dos palabras me hacen sentir.

-Te amo, te amo, te amo…-empezó a decir rápidamente mientras me besaba toda la cara, brazos y manos-y te lo voy a repetir hasta que te canses-agregó terminando en mis labios.

-Y yo a ti-le respondí con nuestros labios rozándose.

Me abracé de Edward y el me acunó suavemente en su pecho, con nuestros cuerpos juntos y sin nada que nos pudiera separar yo no hubiera cambiado nada, no me importaba no recordar quien era mi familia, quienes eran mis amigos, lo único que me importaba ahora era estar con Edward, amarlo hasta lo imposible y quedarme a su lado para siempre.

Por mi nos quedaríamos así todos los días, pero éramos humanos y teníamos que comer.

-Parece que no hay mucho de donde escoger-dijo Edward mirando hacia el desastre del día anterior, hacia todos los víveres regados por el suelo, los huevos se habían roto, la leche se había derramado, las galletas se habían hecho moronas, y todo el resto parecía estar en las mismas condiciones.

-Mas bien no hay nada que escoger-corregí.

-Tienes razón, ¿te parece si salgo a buscar algo? preguntó con una sonrisa torcida, en ese momento hubiera aceptado comer cualquier cosa si él me lo hubiera pedido.

-Claro-respondí sonriendo pero luego dudé-pero no vayas muy lejos.

Edward se rió suavemente

-Yo tampoco podría estar lejos de ti por mucho tiempo-dijo y me besó de nuevo.

Después de eso Edward y yo nos vestimos rápido, él tomó las llaves de su auto y dándome un beso en la frente se fue.

Quise darle una linda sorpresa a Edward pero no se me ocurrió nada lo bastante bueno o lo bastante original así que me limité a limpiar el desastre de galletas y leche en el suelo y a dar vueltas por la casa impaciente por que llegara y estuviera conmigo otra vez.

Pero de repente una fotografía sobre un pequeño escritorio me llamó la atención, era un hombre ya un poco mayor, de ojos cafés, cabello castaño y rizado, uniformado de policía.

Me detuve a observar detalladamente aquella imagen, me dio la sensación de tener que saber algo sobre aquél hombre pero no pude recordar nada.

También había un disco de audio, no lo pude evitar, la curiosidad era demasiada así que volteé hacia todos lados en busca de un estéreo o algo donde pudiera reproducirlo, pero no encontré nada salvo la laptop en el cuarto de Edward, era justo lo que necesitaba.

Era de esas computadoras modernas y por lo tanto rápidas, encendió fácilmente pero tenía clave de acceso, probé con números al azar pero me di por vencida, era obvio que no acertaría nunca.

Oí el suave ronroneo del auto de Edward acercándose a la casa, rápidamente cerré la computadora, tomé el disco y lo aventé a donde estaba, me acerqué a la puerta y abrí, allí estaba la persona que más amaba y en la que más podía confiar mi vida.

-¿Pizza?-pregunté en cuanto vi las dos cajas blancas que traía en las manos.

-¿No te gusta?-preguntó angustiado.

-Claro que me gusta, solo que me extrañó que no la pidieras a domicilio-

-No sabía que traer de comer, dí varias vueltas por el pueblo y finalmente me decidí por la pizza, no era algo planeado-respondió mientras colocaba una rebanada de pizza en cada plato.

-Pizza me parece perfecto-dije triunfal, tenía que admitir que tenía ya bastante hambre.

Nos acurrucamos en el sofá y encendimos el televisor, había una buena película de una comedia romántica, yo me recargué en él mientras mordisqueaba mi pedazo de pizza, el comía la suya y aunque sentía su mirada sobre mí yo mantuve los ojos fijos en la película, sabía que voltearlo a ver me haría perder el hilo de mis pensamientos, me limité a comer.

-¿Quieres más?-ofreció en cuanto mi plato estuvo vacío.

-No gracias, creo que ya comí demasiado-me levanté del sofá y también recogí su plato y los llevé al fregadero.

-No los laves ahora-me dijo mientras me rodeaba la cintura con los brazos, me hizo soltar los platos por la sorpresa.

-De acuerdo…-bostecé olvidando que le iba a decir.

-Ven-me pidió tomándome de la mano en dirección de nuevo al sofá.

-No quiero dormir-protesté

Edward se quedó en silencio y comenzó a frotarme la espalda como a un bebé, no tardé mucho en acurrucarme y en que los ojos comenzaran a pesarme hasta quedar totalmente dormida.

POV EDWARD

Allí en el sofá con Bella en brazos, protegida por mí y entregado en corazón y alma a ella no podía pedir nada más.

Recordé como la desesperación de verla casi marcharse, de que se alejara de mí había a sacado a flote los sentimientos que yo luchaba por mantener enterrados, pero no pude hacerlo por mucho más tiempo, la amaba, me había enamorado de la verdadera Isabella Swan y estaba dispuesto a todo con tal de hacerla feliz.

Por fin ella era mía y yo de ella en todos los sentidos, su piel y su forma de amar me ataban más a ella irremediablemente.

Ahora ya era tiempo de hacer bien las cosas, quizá podría arreglar las cosas con Charlie de otra manera si le explicaba lo que había sucedido, aunque quizá explicarle que estaba enamorado de su hija después de haberla orillado a cortarse las muñecas no era nada sencillo.

Pero había otro asunto mucho más urgente, decirle la verdad a Bella, confesarle con el corazón en la mano que la había secuestrado para poder recuperar a mi hermano por la culpa de Charlie, claro que no era fácil y mucho menos después de haber estado juntos de todas las maneras posibles.

Ahora aprovechando que Bella dormía la dejé suavemente sobre el sofá y yendo hacia mi habitación, marqué el número de la casa de Charlie desde mi celular, no me importaba si reconocía el número.

-Diga-contestó una voz ronca, débil y triste.

-Charlie, tenemos que hablar, es sobre Bella-dije yendo directamente al grano.

-¿Qué pasa? ¿Qué le hiciste a mi hija?-preguntó furioso y alterado, me costó trabajo que se calmara pero al final lo logré.

-Escúchame Charlie, hay cosas muy importantes acerca de ella, te juro con mi vida que no le haré daño pero necesito explicarte la cosas personalmente-le dije esperando que aceptara verme.

-¿Cómo eres capaz de decirme eso después de haberla secuestrado?-preguntó él realmente confundido.

-De eso quiero hablar contigo, prometo que no busco pelea-suspiré-después de lo que me dijiste la última vez pensé las cosas, pero lo que te tengo que decir no es para hablarlo por teléfono.

-De acuerdo, ven a mi casa ahora y hablemos-dijo cortante, acepté, era mi oportunidad, por experiencia sabía que Bella dormía profundamente y por lo menos tenía una hora para ir a hablar con él y regresar antes de que ella pudiera despertar, de cualquier manera podría poner alguna excusa.

-Te veré en 10 minutos-dijo Charlie y colgó.

Sabía que llegaría a su casa en solo la mitad del tiempo así que me dispuse a borrar todos los archivos relacionados con Charlie y con Bella, encendí la computadora y cuando estaba a punto de hacer lo que me proponía oí como ella se acercaba, cerré la computadora de golpe y salté actuando natural para que ella no sospechara nada

-Primero me haces caer rendida y luego me dejas y te vas-reclamó bromeando, me acerqué y la abracé.

-Solo venía a buscar unas cosas, un amigo me habló de urgencia y debo ir con él, espero no tardar mucho-me excusé, Bella me puso mala cara, la cual resultaba tremendamente irresistible, lo cual me impulsó aún más a terminar lo que había empezado.

-¿No puedo acompañarte?-preguntó

-Lo siento amor pero es algo delicado-torcí el gesto, odiaba decirle que no a cualquier cosa que quisiera pero primero debía arreglar las cosas.


-Oh, no te preocupes-me sonrió tratando de ocultar su desilusión por no dejarla acompañarme-espero el problema de tu amigo se solucione y que llegues pronto y podamos hacer algo.

-Por supuesto cielo, prometo no tardar-le dije antes de salir.

Mientras me alejaba en el auto podía sentir aún más fuerte la presión de hacer lo correcto con Bella, pero primero debía de asegurarme que Charlie no haría algo estúpido en contra de mi hermano o de mi familia, aunque esta vez no la pondría a ella de por medio.

En el camino fui pensando en como decirle a Charlie toda la verdad, lo cual sería difícil pero no habría comparación con lo complicado que sería decirle la verdad a Bella.

El trayecto duró poco, la urgencia me hizo llegar más rápido.

-Pasa-dijo Charlie en cuanto abrió la puerta, el pobre estaba aún más gastado que la última vez que lo había visto ya ni siquiera haciendo el intento de atacarme.

Y como me dijo pase a su casa, él se sentó y yo me quedé de pie.

-Charlie, como te dije por teléfono, hay varias cosas sobre Bella que debes saber-comencé y al ver que no me interrumpía continué.

-Ella intentó suicidarse…-solté así como así, obviamente Charlie se alteró.

-¿¡Como!?-jadeó-¿Qué le hiciste? Ella…-Charlie comenzó agresivo pero al darse cuenta del significado de mis palabras relajo el tono.

-Tranquilo, ella está bien, la llevé al hospital y se recuperó rápidamente pero hay algo que debes saber y que después de que tú lo sepas se lo diré a ella-expliqué.

-Dilo ya, haz lo que quieras pero dame ya a mi hija-suplicó.

-Bella perdió la memoria después de su accidente, yo no sabía que hacer sin poner en riesgo mi libertad así que le dije que yo era su novio y ella me creyó-su expresión era de puro odio pero continué-después de todo este tiempo ella, bueno se ha enamorado de mi y yo de ella-confesé.

-¡Tu no te puedes enamorar de mi hija! No después de todo el daño que le haz hecho y ella no te ama a ti, piensa que te quiere por que no recuerda quien eres, en cuanto lo sepa te odiará como yo-gruñó.

-Y es por eso que quiero decirle la verdad, si Bella después de saber lo que le hice ya no quiere estar conmigo lo aceptaré pero si ella quiere estar conmigo, bueno, desearía que lo aceptaras-bueno al menos debía intentarlo.

-¿Estas loco?-gritó-Claro que nunca aceptaré eso.
-No puedo reprocharte eso, me siento culpable por todo lo que ella ha tenido que pasar y por eso de cualquier manera después de explicarle lo que pasó la dejaré libre-al decir esto los ojos de Charlie volvieron a brillar, pero aún no terminaba ahí.

-Yo…-tartamudeó por la sorpresa.

-Pero lo único que pido a cambio es que busques la forma de liberar a mi hermano, tú sabes que él no es el responsable del asesinato del que lo acusan-condicioné con voz firme.

-Sabes que yo no puedo hacer eso, no ahora después de tanto tiempo-

-No temas Charlie, de cualquier manera la dejaré libre pero solo pido que lo intentes y que pienses si después de tener a Bella segura quieres acusarme de secuestro o alguna otra cosa-pedí.

-Lo haré, pero no puedo asegurarte algo-admitió.

-¿Qué?-

-No puedo asegurar que ella no te acuse, esa será su decisión y si elige llevarte con la policía yo no me opondré y eso es lo máximo que puedo ofrecer-

-Es suficiente-acepté, después de todo tenía razón, Bella no tendría por que estar condicionada, yo al final de cuentas le había quitado la libertad.

Después de eso me fui, estaba confundido pero con un peso menos sobre mis hombros.

Sabía que debía decirle la verdad pero no quería hacerlo, ¿y si me escapaba con ella? No, ya lo había prometido y sabía también los riesgos que suponía el ser honesto, Bella bien podría acusarme de secuestro y lo tenía bastante presente, Charlie no me acusaría pero de ella no estaba seguro.

Llegué a casa y allí estaba ella, la chica que muy pronto terminaría odiándome aunque yo deseara con todas mis fuerzas que no fuera así.

-Hola amor-saludé mientras me acercaba, ella dio un paso hacia atrás sonriendo a medias.

-¿Qué sucede?-le pregunté extrañado, pero ella no me contestó, sentí como mi estómago se anudaba, un mal presentimiento crecía dentro de mí.

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Alo0!! Bueno se que quizá después de tanto tiempo no esté tan bueno el cap, quizá los decepcione pero es que era algo inevitable, después de este cap solo dos más y llegaré al fin de Mi Amado Enemigo, así que continúen leyendo si les gusta la historia y gracias por quienes la siguen =) les dejo un beso y un abrazo, atte. YoceCullen.

9.-DULCE TENTACION...mi amado enemigo


POV EDWARD

La mentira estaba llegando más allá de lo que yo hubiera querido, ella me había creído y había depositado toda su confianza en mi, sin en cambio había cometido un grave error, había visto algo que antes la venganza me negó ver, si, y aunque me doliera admitirlo, Isabella empezaba a llamar mi atención.

Al salir del hospital ella se había mostrado tan dulce y tan distinta sin estar tras esa máscara de agresividad sin estar a la defensiva y en su condición de recién dada de alta se veía tan frágil, yo había temido por su vida misma, y en ese momento había sido por el riesgo que yo corría si a ella le pasaba algo pero ahora ella era una persona distinta y si le pasara algo mientras estuviera conmigo no me lo perdonaría.

Era increíble como las cosas habían cambiado tanto, cualquiera al que le contara mi historia diría que estaba loco al cambiar mis sentimientos hacia una chica de un día para otro, en especial si esa chica era la hija del tipo que metió a mi hermano a la cárcel y que yo había secuestrado orillándola a tratar de suicidarse dos veces, simplemente no tenía sentido.

Pero ahora, ella de verdad creía en que yo era su novio y comenzaba a verme como tal, es más, se había sorprendido de esa mentira-verdad pues creía que no era lo suficientemente guapa como para poder emparejarse conmigo, y no era que yo estuviera ciego pero ahora me daba cuenta de lo atractiva que era ella.

-Bienvenida a nuestra casa-le dije en cuanto llegamos a la cabaña, había pensado lo suficiente en el camino a casa como para poder actuar de nuevo con naturalidad.

-Gracias-me respondió para después hacer una pausa-¿ya te puedo decir Edward?-preguntó.

-Claro, pero ¿Qué tiene de malo Joseph?-pregunté con curiosidad, ni siquiera imaginaba que recordara ese dato, pero me aliviaba de cierta manera, así no tendría que recordar a cada momento que ahora tenía otro nombre y no contestar cuando me llamaba así.

-No me gusta, se que quizá no tenga mucho sentido pero Edward me gusta más-me dijo sonriendo, ¡rayos! Era hermosa.

-Y yo te diré Isabella, si jugamos a cambiar de nombre-le sonreí mientras la guiaba hacia el sofá, ella necesitaba descansar y además tendría que tenerla metida un tiempo allí con alguna excusa para no tenerla que encerrar pero por suerte ella recién salida del hospital era la excusa perfecta.

-Dime Bella-protestó.

-¿Por qué?-

-Suena mejor y además te ahorras tres letras-bromeó, parecía como si de verdad la conociera de años, bajo las circunstancias ahora me era difícil recordar como era que la había llegado a odiar tanto.
Ella se sentó y yo al lado suyo, pero de pronto tomándome desprevenido se acercó a mi y se acurruco en mi pecho, me tensé al sentirla tan cerca, pensar que podría hacer con ella lo que yo quisiera y ella lo haría con gusto sin saber que realmente no éramos nada y que yo era quien la mantenía lejos de su padre, pero por ahora no pensaba decirle nada, y para aparentar la apreté un poco más fuerte a mí pasando un brazo por su espalda.

Pero de nuevo otro asalto, no pude adivinar sus intenciones hasta que preguntó.

-¿Por qué no me besas?-preguntó sin rodeos, había logrado dar con mi talón de Aquiles, yo no imagine siquiera besarla, aquella vez que la provoqué fue en parte por molestarla, en parte a ponerle un alto y de paso atormentar a Charlie, pero por iniciativa propia no lo hubiera hecho nunca, o al menos eso creía, pero ahora ella había dado en un punto importante, si éramos novios teníamos que besarnos y en el peor de los casos…bueno yo no pensaba llegar a tanto la verdad pero…

La forma en que sus labios se movían al hablar, sus ojos brillantes al verme, llenos de la ilusión de la mentira, la forma en que se sonrojaba al momento que yo la descubría mirándome en el coche, ¿para que me engañaba?, si, ella me atraía y para mi propia seguridad era demasiado, pero la carne es débil y yo en eso no podía oponerme por mucho tiempo…

Así que no respondí a su pregunta, si quería besarla lo haría.

La tomé por sorpresa, de eso me di cuenta en la forma que mantuvo cerrada la boca por unos segundos, pero ella también se rindió, cuando por fin juntamos nuestros labios limpiamente pude sentir su aliento dentro de mi boca, saboreándolo y deseando más a la vez, ¡cielos! ¡Besaba extremadamente bien!, mi cuerpo me fue traicionando pero no me importó, la tomé por la cintura y la fui recostando en el sofá con cuidado, el instinto del deseo afloró en mí, pero cuando el de la razón estaba a punto de desaparecer, recordé que esto había sido el error que tanto había cuidado no cometer y que ahora me tendría que alejar más o si no las cosas terminarían mal.

-Esto no puede pasar-dije para mis adentros o al menos eso creí, por que Bella rezongó con la respiración agitada como la mía.

-¿Por qué no?-preguntó desconcertada.

-Por que me estoy traicionando a mi mismo, lo siento Bella, puedes hacer lo que quieras aquí, yo necesito estar a solas un momento-le dije hablando como robot de lo confundido que estaba, soltando las palabras por automático, me separé de ella y salí hacia el bosque, no quería enfrentarme a más preguntas y estar cerca de ella, bueno digamos que ya no sería lo mismo, ahora no podría sacarme de la mente su sabor.

¿Qué estaba haciendo?, en cuanto ella recobrara la memoria me odiaría aún más de que me estuviese aprovechado de ella, ya me había prometido cuidarla, esperar hasta que estuviera mejor para decirle la verdad si no era que la recordaba primero, devolverla a su padre y sacar a mi hermano de la cárcel, pero ser tentado por ella no era algo para lo que estuviera preparado.

Simplemente no debía seguir con eso, pero dudaba ciertamente que ella se quedara sin preguntar y olvidara el tema de los besos en el menor de los casos, pues supuse que ella también había deseado algo más, pero dadas las circunstancias en ese momento me alegré de no haber seguido adelante, era claro que, ella y yo deberíamos hacer como si no conociéramos al otro, por mi parte trataría de hacerlo pero no estaba seguro que ella prometiera lo mismo.

Pero me había quedado sin ideas, todo iba tan bien que no pensé en lo que una relación conllevaba, y más si se supone que vivíamos juntos, ¿Qué debía esperar? ¿Qué ella se quedaría vistiendo barbies en lo que yo planeaba su liberación?

Que iluso había sido al no ver lo que se avecinaba, y yo que creí que nada se me podía escapar, el amor era un juego peligroso y yo estaba dispuesto a perder, no al menos por una chica, si era cierto que las cosas habían cambiado debía mentirme a mi mismo y volver a la relación de un inicio, ¿pero como lo haría?, la verdad era otra, la verdad era que después de haber visto como era ella, de ver como ella había aprendido a quererme y confiar en mí, yo ya no tenía el corazón para encerrarla, no quería que ella tuviera un motivo para intentar acabar con su vida de nuevo y mucho menos que ese motivo fuera yo.

La trataría bien, la cuidaría y le daría lo que necesitara mientras estuviera conmigo, tal vez si la trataba bien pero con distancia esto no pasaría de una fuerte atracción y nada más.

Ahora aquí parado fuera de la casa estaba celoso del bosque, deseaba tener esa tranquilidad que emanaba de el, pero en recompensa la naturaleza había traído a mí la manera de pensar mejor las cosas, así que dejé que aire despeinara mi cabello, cerré los ojos y me quedé allí de pie escuchando todo a mi alrededor.

De repente oí unos pasos tímidos en dirección a mí, supe que era Bella por la forma en que la oía respirar, no me giré por que necesitaba relajar mi mente unos instantes más, pero antes de que ella llegara a mí oí como una rama tronaba y pensé que solo era eso, pero me deshice de la idea en cuanto la oí.

-¡Ay!-oí gritar a Bella muy cerca de donde yo estaba, reaccioné de inmediato.

-¡Bella!-grité yo y corriendo llegué a donde ella estaba tirada en el suelo tocando su tobillo, con un gesto de dolor.

-¡Duele mucho!-se quejaba una y otra vez, no pude evitarlo, me preocupaba de verdad.

-¿Qué te pasó?-le pregunté mientras con cuidado examinaba su tobillo.

-Venía a buscarte pero me tropecé con esta rama-dijo señalándola-creo que me torcí en tobillo-hizo una mueca de dolor-me duele mucho, lo siento.

-¿Por qué te disculpas?-le pregunté mientras la levantaba con cuidado y la ponía en mis brazos.

-Por que por más que trato siempre te causo problemas, supongo que por eso no quisiste…bueno comprenderé si ya no quieres nada conmigo-respondió acurrucándose en mi pecho mientras íbamos camino a la cabaña.

¿Por qué decía eso?, bueno técnicamente no era mentira, ella sí me había causado problemas pero ella lo había comprendido de otra forma, la verdad era mucho más complicada que la mentira, pero al menos no tendría que estar con ella de esa forma, no era que fuese un sacrificio besarla pero quizá manejar las cosas con cierta distancia sería lo mejor.

-Ya no digas nada, por ahora solo tienes que ser prudente y cuidarte para poderte recuperar, no temas decirme si necesitas algo, a cambio solo te pido una cosa-le dije.

-¿Cuál?-preguntó mientras gemía por el dolor del tobillo.

-No salgas de esta casa hasta que estés totalmente recuperada, después de eso veremos que sucede-le pedí.

-Eso puedo hacerlo, pero aun no me has dado una respuesta-rezongó.

-No me has preguntado nada-le contesté mientras entrábamos en la casa y ahora en lugar de recostarla en el sofá la llevé a la recámara y la bajé con cuidado.

-Técnicamente, pero quiero saber si aún quieres seguir conmigo o no-

-Te traeré hielo-dije evitando aquella cuestión, salí por la puerta y me dirigí a la cocina para sacar el hielo y pensar una respuesta inteligente.

Si le decía que “ya no quería nada con ella”, por supuesto Bella querría irse en el momento en que se lo dijera, ella era orgullosa y no querría estar bajo mi cuidado a menos que entre nosotros existiera algo, pero si eso pasaba, si yo la dejaba creer por más tiempo que éramos novios, no podría asegurar que ella se conformara con abrazos. ¡Que complicado era!

Tomé el hielo y lo puse en un trapo en el mismo momento en el que tomé una decisión.

Entré de nuevo en la habitación y allí estaba ella tendida en mi cama, tan delicada, verla recostada de esa manera me hizo reconsiderar mi propia decisión, pero debía mostrarme firme, pero antes le dí el hielo.

-Toma, ponlo sobre tu tobillo, ayudará a que se desinflame-

-Gracias-dijo sonriendo.

-Y sobre tu pregunta-hice una pausa-la verdad es que claro que quiero seguir contigo, pero nada de besos ni otro tipo de cosas hasta que te recuperes.

-¿Por qué?-preguntó dolida.

-Por que no quiero dejarme llevar, te haría daño y no quiero hacerlo-respondí.

-Tú no me harías daño, es verdad que no recuerdo nada de ti y que confío en ti a ciegas pero la forma en que te preocupas por mi… ¿besarme estuvo tan mal?-preguntó con los ojos húmedos.

-Si-respondí, pero en cuanto la vi llorar me arrepentí de inmediato, claro que besarla había estado mal, pero ella lo interpretó mal, ella creyó que yo no lo había disfrutado, ¿Por qué las mujeres eran tan complicadas?

-¿Por qué lloras?-le pregunté dulcemente, no quería ni me gustaba verla así.

-Me duele mucho el tobillo-respondió con voz ronca.

-Bella…-le pedí para poder aclararle su mala interpretación pero ella levantó una mano en señal de negación.

-¿Puedes dejarme a solas un minuto?-me pidió llorando, asentí y salí de allí.

Las cosas estaban saliendo bien para mí pues si yo la hacía sentirse mal ella no intentaría besarme, mantendría la distancia, como ahora que me había pedido dejarla sola, pero no me gustaba el precio que había tenido que pagar, ella sufría, y yo ya la había hecho sufrir bastante…

POV BELLA

Él salió por la puerta y yo lo miraba como una boba, en el hospital me había demostrado ser tan comprensivo, tan amoroso y ahora no quería besarme, era tonta su excusa de no lastimarme, yo tenía un golpe en la cabeza, cortadas en las muñecas y ahora un tobillo torcido pero un beso no me mataría, nunca había visto una primera plana con el título de “El beso de la muerte”, ¿para que me hacía la tonta?, si él no me quería besar era por que quizá yo no era lo suficiente para él tal y como lo había supuesto al principio.

Pero lo peor de todo era que yo si quería estar con él, era tan cuidadoso, tan lindo y caballeroso que no me importaba si tenía que perder la memoria todos los días para enamorarme de él a cada momento, me había adherido a él como si fuera mi oasis en medio del desierto, no quería separarme de él pero debía irme de allí, ya encontraría un lugar donde quedarme hasta buscar un trabajo o algo así.

El problema ahora era mi tobillo, así no podía caminar, y a pesar del hielo aún tendría que esperar unos días a que se desinflamara, pero en cuanto estuviera mejor saldría de aquí inmediatamente…
…Los días pasaron y mi tobillo mejoró, aún me faltaban unos cuantos días más para recobrarme de casi haberme desangrado pero como ya podía caminar no me importaba eso, me recobraría después.

Edward me había comprado ropa, argumentando que necesitaba distraerme con algo y estrenar nuevas cosas, pero no me había dejado salir, él me la trajo a casa según él por que mi tobillo aún no estaba del todo bien, así que tomé solo un poco de la ropa que él me había dado y la guardé en una maleta que había encontrado en su clóset.

Aproveche que él había salido a comprar los víveres para empacar, cuando por fin estuve lista arrastré la maleta hasta la entrada y volteé a ver el sofá, donde al menos para mí había sido nuestro primer beso y recordé como él no se había dejado seducir y su fuerza de voluntad era impenetrable, como yo había buscado sus labios de nuevo, como lo había atraído hacia mí y de cómo él solo correspondía con una sonrisa y su típica frase de “hasta que te recuperes”, esa era una de las razones por las cuales también me iba.

Si el no quería estar así conmigo, si él no me deseaba como yo a él, ¿Qué me quedaba?, así que le dirigí la última mirada a la que había sido mi casa todo este tiempo y me giré para salir…

POV EDWARD

Bella no ponía sencilla la situación, cada día encontraba la forma de incitarme a besarla de nuevo y yo usaba todas mis fuerzas para no hacerlo, pero ella era tan persistente, se las arreglaba para verse tan bien y tierna a la vez, me volvía loco.

Nunca nadie me había alterado de esa manera, ni ocupaba mi mente a cada momento como ella, no quería reconocerlo, no quería aceptarlo, pero la atracción se estaba volviendo algo más…

Por la mañana había salido a comprar cosas que faltaban en la casa, no quería tardarme por si ella necesitaba algo o por si yo necesitaba verla, así que pisé el acelerador y llegué a casa más pronto de lo que generalmente tardaba.

Abrí la puerta y allí estaba ella con una maleta en la mano y mirándome con los ojos abierto como platos, poniéndose pálida, como si en lugar de verme con bolsas de víveres yo llevara un cuchillo en mano.

-¿Qué pensabas hacer?-le pregunté un tanto alarmado, si hubiera tardado más…

-Me voy por que no quiero seguir siendo una carga para ti, entre tu y yo no hay nada, al menos por tu parte y no quiero seguir en casa de alguien que solo me ve como una amiga, te agradezco todo lo que has hecho por mi pero me voy a buscar otro lugar donde vivir-me respondió en cuanto recobró el aliento.

-Bella…no lo hagas-

-Lo siento Edward-dijo y trató de esquivarme para salir pero no se lo permití.

-Bella, no te vayas…quédate aquí…-le pedí pero ella me miró y negó con la cabeza.

-No puedo, no tiene sentido-

-Claro que lo tiene, quédate aquí, quédate conmigo…-y diciendo esto solté las bolsas y la tomé en brazos para así llevarla dentro de la casa mientras la besaba con toda la necesidad contenida todo este tiempo.

No pude más, sabía que la forma de hacerla quedarse era convencerla de que valía la pena estar conmigo y yo quería que así fuera, quería que ella fuera mía, que me amara a cada momento como yo a ella, demostrarle que la amaba y que la protegería contra viento y marea, y que en el momento en que ella se enterara de la verdad pudiera perdonarme.
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Alo0!! Bueno aquí está el cap #9 de MAE, espero les haya gustado, gracias ante nada por leer, ¿Cómo las cosas han cambiado verdad?, pero no crean que todo es miel sobre hojuelas, no crean que ya se perdió el instinto astuto de Edward, ni que Charlie se quedará con los brazos cruzados, pronto la verdad sobre el caso de Emmett saldrá a la luz.

Aún faltan algunas cosas por completar, no crean que se enamoran y ya, aún faltan algunos caps pero ya casi llegamos a la recta final, y si, es gracias a ustedes y los coments que tanto ayudan a que aquí este lo más pronto que puedo un cap que les guste e interese.

Gracias por todo, por leer, por dejar sus coments, y por apoyarme, atte. YoceCullen

8.-CAMBIOS...mi amado enemigo



POV BELLA

Estaba segura que Edward iría a dañar a mi padre y yo estaba dispuesta a dejarle las cosas sencillas, por mi último fallido intento me di cuenta que mucho o poco, él sabía lo necesario para reponerme de una simple deshidratación, así que si quería causarle problemas y salir de allí para que me llevara directo a un hospital debería hacer algo más radical.

Edward había olvidado un vaso de vidrio donde había puesto el suero la última vez que estuvo aquí, no había nada más de donde valerme así que tomé el vaso y lo tiré al suelo, este se rompió en cientos de pedacitos, tomé el más grande y lo acerqué a mis muñecas.

Quizá fuera muy teatral pero a estas alturas no cabía espacio en mi mente para ser más imaginativa, tomé el pedazo de cristal e hice el primer corte.

“Maldición” pensé cuando oí y sentí como el cristal rasgaba mi piel, dolía hasta los mil demonios, pero aún la sangre no comenzaba a fluir, corté una vez más.

Esta vez si fue efectiva, la sangre no salía despavorida como un chorro sangriento pero a esta velocidad no tardaría en perder el conocimiento si me distraía y me dejaba llevar por la inconciencia, pero para hacer el proceso más rápido corté una vez mas, pero esta vez en la otra muñeca, tuve cuidado en cortar profundo de una sola vez, no valía la pena que doliera igual si lo tenía que repetir más veces en busca de sangre.

Hasta ese momento no me había puesto a pensar que mi tolerancia a la sangre era nula, la combinación de dolor, color y olor me cobraba la factura, incluso si no hubiera sido mi propia sangre podía haber tenido el mismo efecto, pero ya no podía echarme para atrás, si Edward volvía y me veía en estas condiciones no tardaría en cortar la hemorragia, en cambio si la sangre seguía su rumbo fuera de mis venas, yo perdería sangre y dudaba mucho que él tuviera un banco de sangre en esa cabaña.

Pero los efectos de la sangre en mí ganaban puntos y espacio, no pude más, pude sentir en el momento en que mi cuerpo parecía desaparecer por debajo de mi cabeza, como las fuerzas me abandonaban y como aún cuando no era mucho lo que llevaba sangrando yo perdía la lucha contra la oscuridad.

Lo último que oí y sentí fue un duro golpe de mi cabeza contra algo duro, pero al fin de cuentas lo había logrado, tendría que salir de aquí…

…negro y silencioso, ¿Dónde estaba?, Edward había llegado tarde y yo me había muerto, si, eso era lo más lógico, pobre Charlie, tan solo esperaba que mi secuestro le hubiera ayudado a darme por muerto, no quería que sufriera pero tampoco estaba dispuesta a no hacer nada, mi madre Reneé si que sufriría.

¿Edward montaría una escena del crimen que no lo inculpara a él o me enterraría en medio del bosque?, no lo sabía, pero al menos lo había intentado, mi muerte sería un pequeño revés en su “crimen perfecto”, al final yo había ganado.
La oscuridad me impidió pensar nada más, ahora mis pensamientos eran como nubes llevadas por el viento sin rumbo ni forma fija, no podía recordar quien era yo, todo aquello que supuse debía saber había desaparecido, me asustaba la sensación de pérdida, de saber que yo debía hacer algo, que yo estaba allí en ese limbo negro por alguna razón, pero que por un instante de oscuridad había perdido recuerdo u objetivo alguno.

Ahora después de otro silencio se podía oír un pequeño y agudo pitido, con un ritmo prácticamente regular, no podía decir que era, pero podía asegurar que no estaba allí antes, ¿Qué podría ser?.

-¿Por qué lo hiciste?-escuché que decía una voz melodiosa, un ángel, de seguro sería eso, pero ¿Qué era lo que yo había hecho? Quería preguntarle a esa voz pero no podía, quise que esa melodiosa y perfecta voz me hablara más, pero después de esas cuatro palabras hubo otro espacio lleno de “bips”.

Entonces una punzada de fuerza y voluntad me empujó a abrir los ojos.

Lo primero que vi fue una luz cegadora, después todo se fue aclarando, aparatos, colores azul y verde agua, las máquinas marcando mis latidos del corazón, no podía recordar quien era yo pero supe que estaba viva, y también supe que estaba en un hospital.

Volteé a mi alrededor en busca de alguien que me dijera por que estaba aquí, o incluso esperaba encontrar a mi ángel, aquel que me había hablado, entonces lo vi…

-¿Quién eres?-me impulsé a preguntar en cuanto me aseguré que tendría la voz para hacerlo, él estaba a punto de salir de la habitación, quien quiera que fuera me daría una explicación.

Él volteó a verme sorprendido pero a la vez con una chispa de confusión y temor en su rostro, a pesar de eso me contestó con seguridad.

-Soy tu novio-respondió sereno, dí un respingo, esa era la voz de mi ángel, y ahora lo veía en frente de mí, debía estar loca, él era muy guapo, incluso hermoso y perfecto pero tres palabras me habían hecho dudar de él “Soy tu novio”, ángel o no, un ser así no debería estar conmigo, me negué a creer su afirmación.

-Eso no es verdad-rezongué, él se puso tenso y otra pausa me separó de nuevo de esa voz que fuera real o no yo quería volver a escuchar.

POV EDWARD

Ahora si todo se vendría abajo, aquí en el hospital yo no podría drogarla o amenazarla para que no dijera nada de mí ni de su secuestro, “Eso no es verdad”, ella no se había tragado eso de que yo era su novio, yo no tendría tanta suerte, aún así decidí alargar un poco mi última oportunidad y le pregunté.

-¿Por qué dices eso?-dije cada palabra como si yo mismo creyera mi mentira y me doliera que ella me dijera eso, más me valía actuar bien.

-Por que yo no soy la clase de chica con la que deberías estar-me dijo como si eso fuera lo más obvio del mundo, me intrigó su respuesta pero la mayor parte de mí suspiraba de alivio por saber que eso era a lo que ella se refería y no por que me reconociera de verdad, dadas las circunstancias mi mentira seguía en pie.

-¿Y que clase de chica eres tú?-le pregunté matando dos pájaros de un tiro, así podría distraerla y además sabría como se consideraba ella ahora para poder hacerle creer que realmente la quería y ella confiara en mí sin más.

-Pues no soy una supermodelo, y además no tengo nada especial-dijo suspirando.

Yo sabía que iba a lamentar esto, pero era mi única salida, debía hacerla creer que podía confiar en mí para poderla manejar a mi manera hasta que recobrara la memoria o hasta que yo le pudiera decir la verdad, me lamenté su locura, si ella hubiera esperado un poco más ahora estaría libre y mi hermano estaría un paso más cerca de la libertad, pero ahora las cosas habían cambiado y habría que esperar un poco más.

-Pero algo tendrás o no estaría enamorado así de ti-dije acercándome a ella, le sonreí, ella me miró sorprendida y el sonido de los latidos de su corazón delataron que yo era más que bueno en esto de la actuación.

Ella no dijo nada, pero yo la tomé de la mano y se la besé, debía admitirlo y darle un punto a su favor, Isabella era muy guapa, aún bajo esa bata de ese feo color azul, su rostro tenía una chispa de luz.

-Vamos amor, ¿acaso ya no me quieres?-le pregunté, me estaba desesperando de tanto silencio.

-Es difícil hacerme a la idea, no te recuerdo-dijo sonrojándose, ¿acaso no podía creer mis palabras y ya?

-Tranquila, por ahora lo que importa es que te recuperes-me acerqué y dejé mi rostro a unos cuantos centímetros del de ella-y querida por favor no fuerces tu memoria-le pedí con tal delicadeza que casi yo mismo caía en mi mentira.

Me levanté y caminé hacia la puerta, no le dije nada más, yo ya había hecho lo necesario, debía esperar a que el pez cayera en mi anzuelo.

-¡Espera!-gritó y yo sonreí aún dándole la espalda, pobre chica al intentar escapar había logrado caer aún más en mis redes.

Me giré hacia ella aún con la sonrisa dibujada en el rostro y ella levantó su mano y palmeó un pequeño espacio en la orilla de su cama con la intención de que me acercara y así lo hice.
-¿Por qué te vas?-preguntó tratando de aparentar indiferencia, pero en el tiempo en que la había seguido había llegado a descubrir que no era muy buena mintiendo, tanto su voz como su cuerpo la traicionaban, ella realmente me había creído y de eso no había duda, la forma en que se sonrojó y apretó mi mano al preguntar demostraban que realmente le importaba mi ausencia.

-Por que tienes que descansar y yo tengo que volver a casa para que todo esté listo para cuando salgas de aquí-le contesté, realmente tendría que ir a limpiar la sangre, los cristales y todas las cosas tiradas durante su desesperación, también aprovecharía para despejar un poco la mente y planear lo que haría después.

-Pero no quiero que te vayas-se mordió el labio-además tienes que responder algunas de mis preguntas-agregó.

-¿Si? ¿Cuáles?-

-Pues para comenzar nuestros nombres, tú dices que somos novios pero yo ni siquiera se como te llamas-dijo mirándome fijamente, como si estuviera buscando algo en mi mirada.

-Tú eres Isa…Lucy y yo soy Joseph-respondí olvidando que aquí había usado nombres falsos, “bravo Edward” me dije a mi mismo sarcásticamente, ¿ahora como le explicaría eso?, deseé que ella no se hubiera dado cuenta.

-Ibas a decir otra cosa, ¿no estas seguro de cómo nos llamamos?-preguntó desconfiada, “piensa Edward”, rayos, no podía cometer esta clase de errores.

-Bueno tu otro nombre es Isabella pero aquí te registré bajo el nombre de Lucy, estaba nervioso cuando te traje al hospital y no lo pensé, además ahora en tus condiciones será más fácil para ti que te llamen de una sola forma y no confundirte así que no le digas a la enfermera que también eres Isabella o la confundirás, por ahora Lucy esta bien-le expliqué con tal seguridad que podría haber convencido a cualquiera, incluyendo a Isabella.

-Esta bien Joseph-dijo ella y yo no reaccioné ante mi supuesto nombre, de nuevo había tenido un desliz.

-Lo siento, es que la mayoría me llaman Edward, solo utilizo Joseph para asuntos oficiales-me excusé, pero como aún no la vi muy convencida continué-siento enredarte de esta manera pero al verte en esas condiciones me bloqueé, no pensé en que te afectara que usara nuestros segundos nombres-me disculpé aparentando estar avergonzado.

-No es eso-me palmeó la mano-es solo que…estoy tan confundida, pero no te preocupes, me faltará memoria pero no soy tonta, Lucy y Joseph-sonrió en complicidad-al menos hasta que yo salga de aquí.

-Muy bien cielo, y ahora de verdad tienes que descansar, has perdido mucha sangre, además que el doctor solo me ha dado permiso de verte poco tiempo y ya sobrepasé el límite, así que duerme y yo estaré aquí cuando despiertes-
-¿Pérdida de sangre?, solo quiero una respuesta más ¿Qué me paso? ¿Por qué estoy aquí?-preguntó angustiada, parecía que la sangre y ella no congeniaban mucho.

-Si, y eso es algo de lo que debemos hablar, yo salí a hacer unas compras y cuando te volví te encontré con cortadas en las muñecas y un golpe en la cabeza, supongo que te golpeaste al desmayarte pero no comprendo ¿Qué te inclinó a hacer tal cosa?-le pregunté “preocupado”.

-¿Cómo me preguntas eso?, sabes que no recuerdo nada-dijo un poco irritada, sabía que él tema lo dejaría allí al menos por ahora, era momento de marcharme.

-Lucy, me tengo que ir y dormirás quieras o no-le dije con dulzura mientras oprimía el botón que llamaba a la enfermera.

-Pero no quiero-

-¿Dormir?-

-No, lo que no quiero es que te vayas-me dijo sonrojándose otra vez.

-Volveré-respondí y besé su mejilla, por el rabillo del ojo vi como ella estiraba los labios, pero aún no estaba listo para eso, no quería cruzar esa línea, quien jugaba con fuego terminaba quemado y yo estaba muy cerca de terminar calcinado.

POV BELLA

Aún no tenía claras las cosas, pensé que él me besaría pero no lo había hecho, él me había dicho que estaba enamorado de mí pero se había ido, no lo entendía.

No tuve el tiempo suficiente para estar a solas y pensar claramente las cosas, minutos después de que Joseph se fuera la enfermera entró a mi habitación con una amable sonrisa para mí y una jeringa en el bolsillo.

-¿Cómo te sientes querida?-me preguntó mientras revisaba los aparatos a mi alrededor y anotaba en la tabla que supuse estaba al pie de la cama.

-Pues bien, pero cansada creo-respondí no muy convencida, él había tenido razón, necesitaba descansar, además así el tiempo se pasaría rápidamente y cuando despertara allí estaría él, no podía creer que pudiera relacionarme con alguien así, increíble pero así era.

La enfermera tomó la jeringa e inyectó el líquido en el suero conectado a mi brazo, me pregunté como era que sabía que querría dormir pero el sueño me venció antes de poder llegar a una respuesta.

-¿Lucy?-oí de nuevo su voz, mi cuerpo lo sentía flácido pero con mucho esfuerzo pude abrir los ojos y allí estaba tal y como había dicho.

-Hola-contesté aún atontada por el zomnífero.

-¿Qué tal dormiste?-preguntó.

-Bien, pero ahora me siento mareada-

-Debe ser todo el tiempo en que dormiste, pero eso estuvo bastante bien, ¿adivina que?-bromeó.

-¿Qué?-respondí sin mucho humor, me sentí grosera ante su ánimo pero no me sentía bien.

-Hoy mismo te darán de alta-me contestó sin dejar de sonreír.

-Pero ¿A dónde iré?-pregunté, yo no había recordado ni mi nombre y mucho menos tenía ni la remota idea del lugar donde vivía.

-Conmigo por supuesto-contestó sonriendo aún más, era imposible que mi presencia en su casa lo alegrara de tal manera pero su sonrisa era tan auténtica.

-Tu y yo ¿vivíamos juntos antes de esto?-pregunté con curiosidad, no podía imaginar ver a diario su rostro al despertar a mi lado.

-Si, unos cuantos meses-dijo sin dudar-el doctor te ha dado la salida con la condición que no te quites los vendajes en unos cuantos días, de allí en fuera solo hay un poco de medicamento y ya-agregó cambiando radicalmente de tema.

-Bueno, ya no puedo esperar a salir de aquí, los hospitales son tan asfixiantes, me hacen sentir secuestrada-le dije y el se rió, como si le hubiera contado un buen chiste, fruncí el ceño ¿Por qué se reía de eso?.




-Bienvenida a nuestra casa-me dijo en cuanto cruzamos el umbral de la puerta, era una cabaña de tamaño regular decorada de forma moderna por dentro, me agradaba no tener a la cuidad alrededor, solo él y yo, nada más.

-Gracias-hice una pausa-¿ya te puedo decir Edward?-pregunté.

-Claro, pero ¿Qué tiene de malo Joseph?-preguntó con curiosidad.

-No me gusta, se que quizá no tenga mucho sentido pero Edward me gusta más-

-Y yo te diré Isabella, si jugamos a cambiar de nombre-me sonrió mientras me guiaba hacia el sofá.

-Dime Bella-protesté.

-¿Por qué?-

-Suena mejor y además te ahorras tres letras-bromeé.

Edward se sentó junto conmigo en el sofá, si éramos novios podía acurrucarme en él así que así lo hice, al principio él se tensó pero después me acercó a él con ternura.

Aprovechando mi posición estaba dispuesta a probar de nuevo si él no me besaba por alguna razón, así que me acerqué un poco más a él y viéndolo a los ojos le pregunté.

-¿Por qué no me besas?-pregunté sin rodeos, pero no fueron palabras lo que recibí en respuesta, Edward me acercó tomando mi cintura y aplastó sus labios con los míos, no pude resistirme, quería más y más, no podía dejar que se apartara, no me importó la razón por lo que lo hacía, la forma en que nuestras bocas se movían parecían incitar a nuestros cuerpos, pues Edward me fue empujando poco a poco hasta quedar recostada en el sofá, yo no sabía si había hecho esto antes pero empecé a dejarme llevar, pero él se detuvo.

-Esto no puede pasar-dijo para sí mismo aunque lo suficientemente fuerte para que yo pudiera escuchar.

-¿Por qué no?-pregunté agitada, nada tenía sentido.

-Por que me estoy traicionando a mi mismo, lo siento Bella, puedes hacer lo que quieras aquí, yo necesito estar a solas un momento-dijo para después levantarse del sofá y caminar hacia fuera de la cabaña en dirección al bosque.

Esto era un enredo de primera, ¿traicionándose a si mismo?, yo dudaba seriamente que en estos meses de vivir juntos según él no hubiéramos hecho nada más que abrazarnos, ¿acaso mi accidente lo había hecho reconsiderar las cosas?

Edward me debía muchas explicaciones, algo me decía que él no estaba siendo sincero conmigo, pero por otra parte quería que volviera, aún podía sentir su sabor en mis labios y me negaba a aceptar que quizá ese beso fuera el último…
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Alo0!! Bueno ¿Qué tal?, quizá no haya tenido mucha emoción pero prometo que en los siguientes capítulos o más bien espero que les pueda agregar más emoción, bueno gracias por haber leído y como siempre un abrazo, creo que no me tardé mucho para este cap que creo quedó un poquitín más largo, espero que pronto pueda traerles el otro, gracias de verdad y ya saben que los coments siempre son bien recibidos *-*, atte. YoceCullen

domingo, 15 de julio de 2012

7.-RIOS DE SANGRE...mi amado enemigo


POV EDWARD

Efectivamente el juego había comenzado, muchos podrían calificarme de maldito y desalmado pero esto ya era algo más que una dulce venganza, Charlie había jugado con fuego y ahora él era el que se había quemado.

Isabella ya estaba recuperada de su débil intento de suicidio, y ahora yo me encargaría de visitar a su padre, de darle la cara y atormentarlo más.

Salí de la cabaña del bosque y conduje mi auto hasta la casa de Charlie, a estas alturas no habría problemas si los vecinos me veían, yo me aseguraría de que Charlie quedara atado de manos, bueno al menos en sentido figurado.

Bajé del auto y con pasos rebosando de seguridad me dirigí hacia esa casa, toqué el timbre e incluso me acomodé la camisa, debía estar presentable para la ocasión.

Detrás de la puerta y por dentro de la casa se alcanzó a escuchar un "¿Quién?", y yo toqué el timbre de nuevo en respuesta, supuse instantáneamente que era Charlie, ya que nadie más iba a esa casa, no después de haber visto la transformación de Charlie, de un policía ejemplar a un viejo dado de baja temporal triste y desgastado.

Se podían oír los pasos pesados y arrastrados de él por detrás de la puerta, supe en el momento exacto en el que abriría.

-Hola Charlie-saludé con una sonrisa burlona al verlo allí parado en el marco de la puerta y con los ojos casi fuera de sus órbitas por la sorpresa de verme.

-¡Maldito!-exclamó al recuperarse del shock, intentando irse sobre mí, pero claro yo era más fuerte y su intento fue en vano.

-Tu hija y tú no saben decir otra cosa-suspiré-pero bueno, me parece que deberías tratarme mejor si es que quieres saber donde esta tu hija-le advertí haciéndolo retroceder hacia la casa empujando la puerta tras de mí quedando totalmente cerrada, Charlie al oír mis palabras se dejó manipular fácilmente, sabía que en nuestra pequeña guerra el se había quedado sin armas.

-Te advierto que si algo le sucede a mi hija, Emmett pagará el doble en la cárcel-me amenazó.

-¿Seguro?, pues inténtalo-lo reté-pero te advierto que no le pasará nada, mis contactos y el dinero hacen más que tu pequeña placa-me burlé, pues en cuanto mi padre había colgado yo ya había hecho todo lo necesario para que Emmett estuviera más seguro en la cárcel que en la calle.

-Encontraré la manera de hacerte sentir la persona más miserable Edward Cullen, tanto que no podrás dormir el resto de tu vida-dijo él remarcando la gruesa vena que cruzaba su frente, más le valía aprender que sus intentos de amenazas solo lo afectaban a él.

-¿Sabes qué?-le pregunté-deberías relajarte, no queremos que Isabella se quede sin padre ¿o si?-

-Mátame, hazlo si es lo que quieres-me gritó.

-No me ensuciare las manos contigo, además no creo que sea necesario ya que veo que la culpa que cargas sobre tus hombros ya está haciendo el trabajo por mi-

El no respondió nada más, solo me miró atónito.

-Pero yo si puedo matarte a ti-dijo enojado, usando esa tonta amenaza sin sentido, esperando asustarme.

No me moví de donde estaba y hasta estiré mis brazos a los costados, dando un paso hacia él.

-¿No temes a tu propia muerte?-preguntó

-No-me limité a responder, al ver que él no decía nada agregué-si quieres mátame pero tu hija morirá encerrada sin comida y agua, y tu nunca sabrás donde está-

-¿Por qué la metiste a ella en todo esto?-preguntó Charlie cambiándome de tema, sabiendo que yo tenía razón, el no podía matarme.

-Te puedo preguntar lo mismo, ¿Por qué metiste a Emmett en la cárcel cuando sabías que él era inocente?-contraataqué.

-Pero tu deuda es conmigo, deja a Bella fuera de esto, ella no se merece lo que le estás haciendo-dijo Charlie tratando de causarme lástima y quizá por un lado tenía razón, ella no me había hecho nada, su único error había sido estar emparentada con un corrupto jefe de policía.

-Lo se Charlie, pero hasta que mi hermano no esté fuera de la cárcel, tu hija no estará en libertad, Emmett fuera y tu recuperas a tu hija-le expliqué.

-Pero…-

-Pero nada Charlie, tenía que buscar una motivación y tu hija ha sido mi mejor decisión para hacerte trabajar de verdad-

-Por favor Edward, libera a mi hija-me suplicó.

-No-

-Por lo más sagrado que tengas, sácala de todo esto-dijo con lágrimas en los ojos, no quería que él me conmoviera pero para ser sincero ver el grado de humanidad que tenía Charlie al sufrir así por su hija me recordó como Carlisle sufría por Emmett, yo sabía lo que era ese dolor y me sentí culpable.

¿En que me había convertido yo?, Carlisle nunca hubiera aprobado esto, él me diría que es incorrecto y que las cosas se solucionan de otra manera, pero me había dejado cegar por el deseo de venganza y ahora las cosas estaban demasiado crecidas como para echarme para atrás, aún así vería la forma de liberar a Emmett dejando a Isabella fuera de todo esto.

-¿Sabes Charlie?, me tengo que ir, pero pronto volveré para ver que podemos hacer por tu querida hija-le dije dándole la espalda, y aparentando frialdad, si volvería y arreglaríamos las cosas, cuando volviera lo haría con su hija, pero ellos se tendrían que comprometer a no decir nada.

Salí de allí aún con la cabeza hecha un lío, conduje hasta la cabaña esperando que al llegar las cosas se volvieran más claras y alguna luz me mostrara la forma en la que todos ganáramos, así que por mientras lo primero que tendría que hacer sería hablar con ella, explicarle mi idea de hacerla regresar sin arriesgarme a mi y obteniendo la libertad de Emmett a cambio, algo así como un trueque.

Abrí la habitación de Isabella, sin golpearla esta vez ni hacer tanto alboroto, para que ella se diera cuenta de mis intenciones y no respondiera de forma violenta como siempre lo hacía.

La imagen que estaba frente a mí fácilmente pudo haber salido de una película de terror, si y efectivamente Isabella había hecho otra locura, lanzando mis intenciones de liberarla sana y salva por la ventana, ahora todo se iba complicando, supuse que mi subconsciente me lo había advertido desde un principio pero no quise escuchar mis propios instintos, fue tonto pero cierto.

-¡Isabella! ¿Qué has hecho? ¡Tu padre se morirá si te pasa algo!-grité desesperado, mientras la levantaba en brazos, no importaba si ella era hija de la persona que más había odiado en la vida y que había destrozado a mi familia, no dejaría que se muriera.

Rápidamente la llevé al auto y con las manos rojas de su sangre tomé el volante del auto y comencé a conducir hacia el hospital, mi padre la salvaría estaba seguro pero no quería meterlo en esto, no a él, así que aunque tomara más tiempo la llevaría a otro hospital esperando que ella fuera lo suficientemente fuerte para resistir el trayecto.

-Isabella, no te mueras, no ahora que todo se podía solucionar de otra manera-le decía una y otra vez, la urgencia y la adrenalina recorrían mi cuerpo a toda velocidad, ahora si un simple truco de suero casero me sacaría de esta, y yo le había dado la intención y el arma para que ella se hiciera daño, ¿Qué había hecho?, había llevado a Isabella al borde de la desesperación.

Charlie tenía razón aunque detestara aceptarlo, ella no tenía la culpa de tener un padre como ese, ahora su vida solo dependía de cómo yo usara el acelerador, no, ella no podía morir.

Como pude llegue a un hospital lejano pero Isabella aún seguía con vida, la tomé en brazos y entré al hospital en una entrada mucho más dramática de lo que hubiera querido pero no había de otra.

-¡Dios mío!-gritó una enfermera al verme con el cuerpo colgando inerte en mis brazos.

-¡Esta viva! Rápido ¡atiéndanla!-grité con desesperación.

-La enfermera reaccionó y rápidamente un doctor llegó allí con una camilla y un enfermero, coloqué a Isabella sobre esa plana superficie y vi con impotencia como se la llevaban, "sálvenla" pensé.

-Disculpe, tiene que responderme unas preguntas para poder registrar a la chica-me dijo la enfermera aún un poco nerviosa.

-Claro-fue lo que pude responder.

-¿Cuáles son sus nombres?-

-Joseph Collins y Lucy Stryder- contesté con los primeros nombres que se me vinieron a la mente, no podía usar los verdaderos, solo por si acaso.

-¿Parentesco?-

-Somos novios-contesté sorprendido de mi propia respuesta, era fácil creerse esa mentira, la enfermera preguntó varias cosas más y yo las respondí sn mucho problema, era bueno mintiendo.

Pasaron las horas y yo seguía sin saber nada de ella, pregunté por ella pero me decían que debía esperar, así pasó el tiempo hasta que el doctor que la atendió salió dirigiéndose a mí.

-¿Usted es familiar de…-miró su tabla de registro de pacientes-Lucy Stryder?

-Si, ella es mi novia-respondí sin importarme la mentira-¿puedo pasar a verla?

-Solo por un momento, ella ha perdido mucha sangre y ahora esta inconsciente pero estable, usted la ha traído a tiempo, con el golpe en la cabeza y las cortadas en las muñecas es casi un milagro que ahora siga viva-contestó el doctor.

-Gracias-le contesté y me dirigí a la habitación 139, donde estaba ella.

Al entrar vi como ella estaba tendida en una cama, completamente quieta, pálida pero con vida en sus facciones, conectada a muchos aparatos que cuidaban de ella, con las muñecas vendadas y una especie de parche en la cabeza.

-¿Por qué lo hiciste?-le pregunté sn esperar respuesta.

-Isabella, tu y yo no tenemos nada que ver pero no desearía tu muerte, ni la de tu padre ahora que se que me he equivocado-continué diciendo pero ya en mi mente, sin que ella pudiera escuchar algo inconsciente o no.

Hubo un espacio de silencio, tan solo por el bip del aparato marcando el pulso de ella, suspiré ya un poco más tranquilo de verla a salvo, así que me levanté de allí y cuando estaba a punto de salir escuché una pequeña voz débil preguntándome.

-¿Quién eres?-preguntó Isabella débilmente, pensé que estaba delirando pero la vi con los ojos abiertos y mirándome fijamente cuando me volteé hacia ella, pensé en contestarle muchas cosas pero en una fracción de segundo le dije.

-Soy tu novio-respondì y me di cuenta que esto se me estaba saliendo de las manos.
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Alo0! ¿Qué tal el cap?, se que muchos me odian por lo mucho que me tardo pero es que en verdad luego cuesta trabajo escribir X_x pero pese a todo siempre quiero darles un buen cap y espero que este no los decepcione, gracias por leer si es que no les aburrió y han llegado hasta aquí, gracias si siguen la historia capítulo a capítulo, y quiero decirles que les mando un abrazo y que si quieren dejar un comentario o sugerencia, estoy disponible para que lo hagan, gracias! Atte. YoceCullen.