domingo, 15 de julio de 2012

6.-VISITA FAMILIAR.....mi amado enemigo



POV CHARLIE

Toc…toc…

-¿Quién!?-grité para que quien estuviera afuera me escuchara claramente y no tuviera que levantarme tan rápido del sofá.

Nadie respondió, no quería pararme del sofá, estaba cansado y con las pocas fuerzas que me quedaban no quería hacer nada, era como si una parte de mí se la llevaran y la otra se estuviera pudriendo al no saber donde estaba mi hija y la culpa que me consumía no era nada con el dolor que me causaba saber que sin que tuviera nada que ver mi Bella estuviera sufriendo.

Me levanté del sofá muy lento, si era algo importante tendrían que esperar, me levanté y me puse mis pantuflas, y arrastrando los pies llegué hasta la entrada, giré el picaporte y abrí la puerta, pero allí no había nadie así que me asomé la cabeza volteando para ambos lados sintiéndome ridículo por estar buscando a alguien invisible.

Estaba a punto de cerrar la puerta cuando se me ocurrió mirar al piso y allí parado como idiota me encontré con un sobre amarillo de esos que se usan para papeles importantes, ¿Qué rayos hace esto aquí? Me pregunté a mi mismo en voz alta sonando más estúpido aún.

Tomé el sobre girándolo hacia arriba y hacia abajo en busca de el nombre de la persona que lo había enviado pero no había nada aparte de mi nombre escrito con grandes letras en color negro, “Charlie” decía el sobre, cerré la puerta para evitar que alguno de los vecinos pudiera ver algo que se malentendiera y luego mandaran a los loqueros para llevarme a un manicomio, debía reconocerlo, mi aspecto no era para nada bueno.

Entre a la casa y abrí el sobre jalándolo de un tirón en cuanto me aseguré que no rompería nada y vaya grito ahogado que solté cuando vi que dentro había un disco y una fotografía, allí fue cuando el mundo se me acabó.

Bella, ¡mi hija! ¡No podía ser! ¡No! Y todo era por mi maldita culpa.

En la fotografía estaba Bella sobre una cama de medio uso con el cabello enmarañado como si hubiera asomado la cabeza por la ventanilla de un auto a toda velocidad, con la blusa de lado bastante desabotonada, y en el rostro dibujada una expresión llena de confusión y miedo, mi princesa…

¡Maldito Edward una y mil veces! ¡Húndete en el infierno tú y toda tu familia!

Tomé el CD y lo puse en el DVD que tenía sobre la TV, le puse play esperando ver una imagen pero no había video, era tan solo sonido con la pantalla azul, esperé con mi paciencia al límite, al principio solo eran tronidos y zumbidos como si la tele estuviera descompuesta o con mala señal pero después pude oírla.

“-¿Qué vas a hacer? ¡Si vas a hacer algo hazlo ahora!-“

“-¡Déjame!-“

“-¡¡No!! ¡¡Déjame!! ¡Maldito!-”

Y allí acabó la grabación.

La voz de Bella se entremezclaba con otras frases imposibles de reconocer, yo sabía perfectamente de quien era la voz distorsionada pero claro, él no me daría pruebas en su contra, no era tonto.

El coraje me envolvió totalmente, la mesa de la sala sufrió las consecuencias, lancé el disco y la fotografía dentro del bote de basura y le prendí fuego con la débil esperanza de que las llamas acabaran con mi martirio al igual que acababan con el CD y la fotografía.

¡¡Soy un estúpido!! ¡¡Debo hacer algo!! ¡Bella! ¡Bella! ¡No! ¡Ella no! Edward no saldría limpio de esto, yo debía ser más inteligente…

POV BELLA

No sabía realmente cuanto tiempo llevaba aquí encerrada, podrían ser horas, días o semanas pero al estar rodeada de cuatro paredes sin ventanas sin saber siquiera si era de noche o de día, el tiempo había perdido totalmente el sentido en mi vida.

No sabía que hacer, sabía perfectamente que el estúpido se había metido con Charlie y no permitiría que se acercara a mi madre, por suerte el trabajo de Phil la mantendría fuera de su alcance durante algún tiempo.

Mi estómago rugió, había pasado mucho tiempo sin probar bocado y no estaba dispuesta a comer nada pero el embriagador olor de la hamburguesa-aún estando fría-llenaba cada rincón de la habitación haciendo aún más difícil el hecho de olvidar que mi cuerpo necesitaba comida, pero sobre todo agua.

Mi cuerpo me lo pedía mientras que mi mente me suplicaba, agua, agua, agua.

Pero no tomaría nada que fuera de parte de él, prefería morirme antes de depender de él, además si me moría él sería el culpable y eso no lo dejaría vivir en paz, si algo había aprendido de él era que aborrecía la idea de ser un delincuente y si yo moría el llevaría mi muerte sobre sus hombros y además también así dejaría en paz a Charlie y Reneé pues ello no tendrían nada que ver, su venganza se cumpliría en cuanto yo dejara este mundo.

Era bastante simple, la muerte era…la salida más fácil.

No sentía nada más que la garganta seca y ardiéndome, ya ni siquiera era capaz de salivar, me estaba deshidratando a pesar de que el agua estaba en frente de mí, debo admitir que estuve tentada muchas veces a tomarla pero si no me mantenía firme en mis decisiones, el estúpido de Edward creería que yo soy débil y haría de mí y mi padre lo que quisiera.

No supe cuando dejé de ser capaz de poner en línea mis propios pensamientos, mis ojos pesaban y al tratar de abrirlos solo podía ver manchas negras, estaba al borde de desvanecerme aunque eso era justamente lo que yo quería que pasara, morirme.

Pero en un instante de lucidez, lo vi, allí en frente mío.

-¡Estúpida! ¿Qué rayos hiciste?-oí entre los zumbidos que agobiaban mis oídos y taladraban mi cabeza.

-Gané-solté susurrando y después de eso todo oscureció.

POV CHARLIE

Edward me las pagaría caro, después de esto ni siquiera él se daría el perdón, su familia se enteraría de lo que su pequeño retoño estaba haciéndole a mi hija, es más ni siquiera me importaba dañar a uno o varios miembros de su familia, nada tenía sentido ahora.

Era verdad que nunca me había llevado con la tecnología pero alguna vez me vi obligado a usar una en la comisaría, la única computadora en casa estaba en el cuarto de Bella.

Subí las escaleras a toda velocidad, pero al estar arriba tuve que tomar un respiro, ya estaba viejo para esta clase de trotes.

Abrí la puerta del cuarto de Bella, todo estaba lleno de polvo, no había entrado allí desde el día en el que supe que se la habían llevado, prendí el botón del regulador de corriente y después prendí la computadora.

-¡Tonto Internet!”-grité dándole un golpe al monitor, en una ocasión Bella me había dicho que el modem estaba fallando pero nunca le había hecho caso, ahora me arrepentía de ello.

Después de esperar y esperar a que la conexión se estableciera, abrí Google y tecleé.

“Cullen”

Por suerte este no era un apellido muy común y pronto encontré lo que necesitaba, la página de un hospital no muy lejos de aquí, al menos no tanto como yo me imaginaba quizá a dos o tres horas de aquí, en la página daban felicitaciones y tenían una lista de los doctores más destacados de esa institución.

“Mejor médico en todas las áreas: Carlisle Cullen”

No podía creer con que facilidad había podido ubicarlo, lo más seguro era que junto a él estuviera como mínimo su esposa, y yo sabía que la familia casi nunca se separaba así que con un poco más de suerte allí estarían todos para ver de lo que yo era capaz.

Imprimí los datos que pude obtener, claro que no estaba allí la dirección pero con mi condición de policía podría decir que era un asunto sobre su seguridad y así obtendría mi cometido.
Tomé la patrulla, era uno de mis derechos, pensé en tomar el viejo Chevy de Bella pero la verdad me atrasaría más y la patrulla haría más real mi mentira.

Pero no todo eran miel sobre hojuelas, durante el camino al hospital empezó a llover, y para rematar con el asfalto mojado dos conductores chocaron cerrando la vía más rápida para llegar, pero bueno aunque eso me retrasó, solo enseñar mi placa con unos y con otros tantos tuve chance de pasar y seguir mi camino.

Llegué al dichoso hospital en menos de tres horas, vaya que había puesto al límite el acelerador, estacioné el auto como pude y entré por la puerta de atrás, por donde llegan las ambulancias, enseñé de nuevo mi placa con la excusa de que el paciente que llevaban estaba siendo investigado para resolver el balazo que había recibido, me compadecí de él, había visto casos mejores, pero volví a sonreír cuando descubrí que justamente el hombre tirado sobre la camilla era paciente de Carlisle Cullen.

-¿Dónde puedo encontrar al Doctor Carlisle Cullen?-le pregunté a una enfermera que llevaba utensilios de operación.

-Se está preparando para el quirófano, tendrá que esperar, ¿es usted familiar de el paciente recién llegado?-preguntó como entristeciéndose, iba a seguir bajo mi mentira de investigador, pero sin querer la amable señorita me había dado una coartada mejor.

-Si-respondí con rostro afligido-buscaba al Dr. Cullen para algo muy importante, de eso dependerá la vida de mi hermano-inventé, ella era demasiado inocente y me creyó.

-Al fondo de vuelta a la izquierda luego suba un piso por las escaleras y la primera puerta a la derecha es la oficina del doctor-me dijo dándome instrucciones y señalando el camino.

-Muy amable señorita, le debo la salud de mi hermano-le agradecí mientras seguía sus instrucciones, la escuché decir algo como “Pobrecillo, no quisiera ser él” pero no me detuve para asegurarme.

De nuevo mi condición no me ayudó, llegué prácticamente arrastrándome pero llegué, toqué la puerta y allí estaba ese estúpido Cullen.

-¡Devuélveme a mi niña!-exigí mientras me lanzaba sobre él y lo acorralaba contra la pared tomándolo por el cuello de su camisa.

-¿Charlie?-preguntó él al reconocerme, parecía desconcertado, y tal como sospechaba él no sabía nada, Edward lo había mantenido fuera de todo, pero seguí con mi insistencia.

-¿Ahora me llamas como si fuéramos viejos amigos? No te hagas el muy inocente ¿acaso no sabes lo que tu hijito Edward hizo?-le escupí las palabras en la cara.

-¡No se de que me hablas! Además Edward no sería capaz de hacer nada malo, ¡no como tú que encerraste a mi hijo por algo que él no cometió!-explotó.

-¡Tu hijo es un asesino y lo sabes! Y tu hijito no es ningún santo, ¡secuestró a mi hija!-grité mientras lo empujaba con más fuerza, pero él se defendió y opuso resistencia.
-¡Emmett no mató a nadie! Y Edward está muy lejos de aquí estudiando la universidad-

-Eso es lo que tu crees, pero si un día logras hablar con él asegúrate de decirle que ni tú ni tu familia estarán a salvo mientras Bella siga encerrada, no sabes de lo que soy capaz, y por cierto dile a tu querida Esme que si mi hija no aparece rápido, su hijo Emmett sufrirá en la cárcel y ella sufrirá aún más-le dije sin piedad mientras lo soltaba de golpe.

Me dirigí a la puerta, mientras el se quedaba parado como tonto, pasmado ante mi amenaza, no resistí y dije:

-Por cierto, nadie excepto Edward debe enterarse de esto, si me entero que me has acusado o puesto a alguien a seguirme, solo piensa que Emmett no amanecerá vivo al día siguiente-dije y cerré la puerta, ahora estaba seguro que no haría nada, no me volvería responsable de una muerte pero fui lo bastante convincente para hacerlo pensar que si era capaz de cumplir mis amenazas.

Después de eso hasta me dí tiempo de despedirme de la enfermera y salir como si nada, subí a la patrulla con una sonrisa de suficiencia, si Edward hacía sufrir a mí hija yo sería capaz de jugar el mismo juego con su familia.

POV EDWARD

Había dejado el sobre fuera de la casa de Charlie, me oculté desde un lugar perfecto para que pudiera ver sin ser visto, observé feliz como el tonto salía con su cara de confusión y recogía el sobre, vaya sorpresa que se llevaría.

Charlie se metió a su casa, yo ya estaba cansado así que decidí volver a la cabaña para descansar un poco, a estas alturas todo se iba dando como por arte de magia, en parte gracias a Charlie quien al tenerlo atado de manos sabía que estaría dispuesto a todo con tal de ver a su tonta hija a salvo.

Conduje por el estrecho camino que llevaba a la cabaña, de pronto mi celular comenzó sonar.

-¿Qué pasa Carlisle?-pregunté al contestar, había visto el identificador de llamadas.

-¿!Que!? Claro que yo no sería capaz de eso-exclamé fingiendo estar sorprendido, Charlie había cruzado la línea prohibida.

-No te preocupes, él tendrá que vérselas conmigo-hice una pausa para que él continuara-si, haz justamente eso, no se lo digas a Esme se pondrá mal, yo me encargaré que internos cuiden de Emmett, él estará a salvo, me encargaré de que Charlie no esté inventando más cosas de nuestra familia, yo hablaré con él-le dije, eso no era mentira, Carlisle colgó después de pedirme que me cuidara, yo me quedé sorprendido.

¿Cómo se atrevía Charlie a amenazar a mi padre, a mi madre a Emmett y al resto de mi familia? Con que había entrado en el juego de amenazas, si lo había hecho se arrepentiría de estar jugando con fuego.

Aceleré aún más y llegué rápidamente echando maldiciones y golpeando cosas, ahora si Bella pagaría las consecuencias de los actos de su papá, si los días que llevaba encerrada no habían servido de mucho, lo que le haría debía ser mas convincente.

Abrí la puerta donde estaba encerrada esperando verla enfurruñada como siempre pero no me encontré con eso para nada; allí estaba si, pero echa un ovillo en el suelo, estaba pálida y respiraba con dificultad.

La sacudí y le palmeé en las mejillas, no reaccionaba, de pronto mis amenazas que estaba dispuesta a soltarle se me olvidaron, por ahora lo importante era salvarla, si ella moría el juego terminaba y yo perdería.

-¡Estúpida! ¿Qué rayos hiciste?-le grité mientras la revisaba, no tenía golpes ni heridas, si algo le pasaba era por dentro, entonces vi que la comida y el agua seguían intactos, se había debilitado y estaba a punto de ponerse en estado critico.

-Gané-dijo como orgullosa en apenas un susurro y se desmayó una vez más.

Por suerte mi padre Carlisle me había enseñado como preparar un suero casero pues en este caso el agua no serviría de mucho para hidratarla así que lo hice, pero primero puse a Bella sobre la cama, parecía una muñeca rota, si no estuviera el latido de su corazón y su débil respiración hubiera jurado que había muerto por lo pálida que estaba.

Cuando tuve listo el suero se lo dí como pude, no tenía equipo para ponérselo con todo ese rollo de jeringas y mangueras así que opté por usar la forma tradicional, hacérselo beber.

No se cuanto tiempo paso desde que le dí la última gota del suero, había mejorado pero aún seguía inconsciente, las mejillas se habían puesto coloradas de nuevo y su piel volvía a tener un aspecto más normal, no era que me importara mucho la verdad pero estuve allí esperando que despertara y entonces si poderle recriminar lo que su tonto padre había hecho.

-¿Dónde estoy?-dijo con voz débil.

-En el infierno-contesté.

-¡Edward!-gritó y de un salto se alejó de mí, se tambaleó y volvió a caer sobre la cama, aun estaba débil.

-¿Acaso esperabas a alguien más?-

-Estúpido-
-Que flojera me das, con el mismo insulto de siempre hasta voy a terminar pensando que es un cumplido-le dije burlándome, ella solo me miró furiosa.

-¿Por qué no me dejaste morir?-preguntó después de una pausa.

-Por que no tendría chiste acabar con el dolor de tu padre tan rápido, además hay algo más que quiero hacer contigo antes de que acabes en un ataúd-le expliqué mientras me acercaba al mismo tiempo que ella trataba de evitarme, su cara reflejaba enojo y confusión.

-Déjame que te explique-le dije poniendo una mano en su mejilla, ella se apartó de un jalón.

-Tu padre le hizo una visita al mío, digamos que no fue una visita de mera cortesía, y también digamos que le debo de poner a tu padre un hasta aquí y tu eres la única manera de lograrlo aunque pensándolo bien, iré a hablar personalmente con el-le dije mientras me alejaba.

-¡No te atrevas a hacerle daño! ¡Hazme lo que quieras pero a él no lo dañes!-suplicó.

-Esa oferta me gusta y es tentadora pero no, que tu sufras y él también es más entretenido que un partido de béisbol-dije y cerré la puerta, se oyó un grito del oro lado, sonreí de suficiencia, el juego volvía a empezar.
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Alo0!! Bueno este es el sexto cap de MAE!! Pufff hasta me da vergüenza después de tanto tiempo sin nada!!! Pero aquí está, espero les haya gustado, perdónenme y quizá me llamen masoquista pero si Edward me secuestrara…hay no se jajajajaja pero sería tan ggggggrrrrrrrr!!! Jajajajajajaja estoy loca lo se jajajaj pero en fin, ya saben que cualquier opición es bien recibida, les agradezco a los que siguen esta humilde historia, sin ustedes yo no tendría razones para escribir, así que GRACIAS, atte. YoceCullen.

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