miércoles, 5 de septiembre de 2012

SUPLICIO...(ljdhFF) 3.-Capítulo

NOTA IMPORTANTE: Este fanfic hace una radical variación al libro, los personajes que aquí aparecen le pertenecen a Suzanne Collins, en primera estancia tomo un poco de la historia base para comenzar la idea pero NO la haré igual para que no sea aburrido pero ya después las cosas empiezan a cambiar…*paciencia* espero que sea de su agrado y que puedan dejarme su opinión, muchas gracias!!!! Atte. JesiYoce

Él se ve tranquilo y hasta confiado, él me prometió volver así que como yo ya estoy cumpliendo mi promesa, más le vale a él cumplir la suya y regresar a mí….

 Por ahora lo único que sabemos es que Gale va en camino al Capitolio y que no sabremos nada de él hasta que lleguen y la prensa informe como ha sido su llegada “triunfal”, es tan desesperante no saber nada de él, por suerte sus hermanos y Hazelle ya habían comido lo suficiente como para quedarme tranquila en ese aspecto.

 Los niños estaban con Prim, quien aunque también era pequeña, sabía como distraerlos del tema de los juegos del hambre.

 Mi madre y la de Gale hablaban de cómo podrían mantener a los niños lo más fuera del tema como fuese posible, si bien Gale no compartía sangre conmigo, podría decir que el lazo que nos unía era mucho más fuerte que cualquier parentesco y ella lo comprendía, al punto de sentir a Gale como parte de uno de nosotros y saber el punto de dolor de Hazelle, aunque ella no se permitiera sentirlo.

 El día se estaba acabando y por supuesto lo único que sabíamos de los juegos del hambre eran las increíbles fiestas y celebraciones que se llevaban a cabo en ese lugar de locos y desalmados “seres humanos”, que más bien yo llamaría animales.

 Luces de colores, ropas estúpidamente llamativas, rostros malformados de decenas de operaciones en un desesperado intento de parecer hermosos, y comida….toda la comida con la cual muy fácilmente podrían mantener a nuestro pequeño distrito por un par de semanas y que ellos solo la desperdiciaban en un par de horas, tirando lo que para muchos aquí podría ser una salvación para no morir de hambre.

 Todos parecían tener algo que hacer a excepción de mí, mi hermana había intentado quitarme de la pantalla repitiéndome que no sabría nada de él hasta casi terminar el día siguiente, pero simplemente no podía despegarme, sentía la necesidad de estar allí por si informaban algo de mi…ami…de Gale, pues justo ahora no estaba segura de lo que él era de mí además que muy en el fondo sabía que Prim tenía razón, yo estaba inúltimente mirando a una pantalla vacía.

 En casa teníamos suficiente comida como para una semana, pero ahora ya siendo dos familias juntas a este ritmo de mi desesperado intento por mantenerlos con los estómagos llenos a cada minuto, no duraría más que un par o máximo tres días.

 Así que decidí que ir a cazar sería una buena forma de tener mi mente ocupada, claro que sin Gale no sería lo mismo, pero al menos dolería menos que solo tener la incertidumbre de no saber nada e imaginar que pronto mi amigo se enfrentaría a 23 tributos de distintos distritos y que solo uno podría salir con vida….así de injustos eran los juegos del hambre.

 Tomé la chaqueta de mi padre, y agradecí que nadie me preguntara a donde iría, no tenía ganas de darle explicaciones a nadie por el momento.

 Ahora corro hacia la cerca que marca el final del distrito 12 y por suerte no tiene electricidad como temía, puesto que como por ahora no hay nada muy especial que mostrar, la electricidad se ha ido de nuevo.

 Al cruzar ese límite, me apresuro a buscar el arco y el carcaj de mi padre, quizá pueda cazar alguna ardilla, recoger algo de fruta o cualquier cosa que me quite las ansias de no saber nada de Gale.

 Nunca pensé que pudiera ponerme así de paranoica pero simplemente no sé si es rabia, dolor, angustia, desesperación, o simplemente tristeza, todos los sentimientos destinados a hacerme sufrir.

 Realmente estaba dudosa que pudiera cazar algo en estas condiciones tan distractoras, pero debía intentarlo, lo haría para mantener mi promesa de cuidar de su familia.

 Traté de concentrarme para cazar algo antes de que anocheciera, ya llevaba horas aquí y aún no había podido obtener nada, ya me estaba desesperando de lo inútil que me sentía en este momento.

 Una ardilla asomó su cabeza por un lado de un grueso árbol en frente de mí, pero un ruido de algo acercándose la asustó antes de que pudiera dispararle, resoplé enfadada, quizá debía regresar e intentarlo al día siguiente, pero no podía sabiendo que lo único que lograría con eso sería pensar más aún en Gale.

 Esperé a que el animal que había asustado a la ardilla saliera en busca de su presa, pero nada se movió después de eso, y comencé a sospechar, no era normal que ese ruido surgiera de la nada, quizá pudiera ser un perro salvaje…tomo la decisión de subirme a un árbol rápidamente y esperar a que todo sea seguro, y quizá cazar al perro asustador de ardillas.

 Esperé unos cinco minutos pero nada parecía moverse, pensé que quizá estaba exagerando así que bajé del árbol y comencé a caminar en busca de presas de nuevo, pero prestando más atención en los ruidos a mi alrededor.

 ¡Lo sabía!, había oído algo, mi movimiento es tan rápido que ni siquiera lo pensé, la flecha salió del arco tan veloz, que cuando me di cuenta de lo que había hecho ya era demasiado tarde.

 -¡Ahhhhhhhhhhhh!- el gemido de dolor era insoportable, y yo era la única culpable, pero ¿Qué diablos hacía el hijo del panadero aquí en el bosque?

 Me acerqué en cuanto vi que era él, por suerte la flecha tan solo había rozado su brazo gracias a tu intento por evitar que le atravesara totalmente y agradecí que al menos tuviera ese reflejo, ya de por si verlo sangrar me estaba poniendo nerviosa, una herida más grave lo hubiera hecho aún más horroroso.

 -¿Peeta Mellark…que haces aquí?-pregunté gritando enojada, nadie nunca había estado en el bosque más que Gale y yo, ¿me seguía? ¿O buscaba que yo lo matara?

Simplemente mi mente no estaba para buscar respuestas ni explicaciones.

 -Te estaba buscando-respondió a regañadientes, con la mirada puesta en su brazo, la herida no era profunda, quizá tan solo un vendaje…

 -Tú no deberías estar aquí-gruñí-además no entiendo para que podrías buscarme, ¡tú y yo no tenemos nada que ver!-le grité aún más enojada pero a la vez arrepentida, él me había salvado la vida una vez y yo había estado a punto de matarlo…aunque fuese por su estupidez.

 Peeta no dijo nada, y siguió mirando su herida, evitando mi mirada a propósito. Me acerqué a él y lo ayudé a levantarse.

 -Ven-dije a secas mientras lo guiaba hacía el pequeño lago de mi padre, bueno al menos así lo conocía yo. Ayude a que se limpiara la herida, al final también yo había tenido mucha parte de la culpa, lo llevaría con mi madre pero primero debía limpiar la herida, para ver realmente la gravedad y ver que era lo que se tenía que hacer.

 -Lamento haberte asustado, yo solo quería…-empezó a decir Peeta con un tono verdaderamente lastimero.

 -Shhhh-ahora justamente no quería oír nada de explicaciones, esto era lo único que me faltaba, ya ni siquiera el bosque era un lugar donde yo pudiera pensar tranquilamente.

 Por suerte Peeta no dijo nada más y me dejó ayudarle en total silencio, ya me sentía suficientemente mal como para oír sus disculpas, que bien pude callar con un golpe, y esta vez por invadir mi privacidad. 

-Vamos a mi casa, mi madre podrá ayudarte con eso-le dije sin emoción.

 -Espera-me dice mientras toma mi brazo para detenerme-quiero explicar por que te seguí hasta aquí, pero no quiero causarte molestias en frente de tu familia y la de Gale.

 No dije nada, me sorprendió que supiera que Hazelle y sus hijos estaban en mi casa, además que en cierta manera si quería escuchar su explicación, después de todo también me debía eso, él interpretó mi silencio como un “si te dejaré explicarme”

 -Te seguí por que quería ofrecerte mi ayuda, se que tú no me conoces y que no hemos hablado en absoluto, pero puedo hacerte más fácil la tarea de cuidar de tu familia y la de tu amigo-si, oí lo que había dicho pero simplemente no podía entenderlo, claro que no aceptaría su ayuda! No cuando ya le debía mi vida y la de mi familia!, Peeta Mellark había enloquecido.

 -Te conozco y agradezco lo que hiciste por mí en su momento que lo necesité, pero jamás aceptaría tu ayuda, y mucho menos si después te tendré que deber más de lo que te debo ahora-escupí las palabras sin pensarlo, ¡no! Jamás lo aceptaría.

 Él iba a hablar de nuevo y yo pensaba permitirlo, por ahora tan solo lo llevaría con mi madre, ella lo curaría e evitaría cruzarme con él alguna siguiente vez….aunque temía que Peeta no aceptaría eso.

 Caminamos de regreso a nuestro distrito hasta cruzar la cerca del límite, pude ver como él evitaba por no mostrar que la herida que yo le había hecho le dolía pero era inútil, por muy inofensivo que haya sido mi disparo, la herida tardaría un par de semanas en curar por completo, a juzgar por las personas que había visto curar a mi hermana y mi madre.

 -Katniss acepta mi ayuda, de verdad…aunque te niegues yo te traeré cosas para facilitarte la tarea que hoy he visto aceptar sin más, pero me gustaría que aceptaras sin que tengas que dispararme con alguna de tus flechas-intentó bromear, pero no pude más que dedicarle una mueca en respuesta, eso no había sido mi culpa.

 -No te hubiera disparado si tú no me hubieras asustado tratando de ofrecerme tu ayuda-

 -Lo siento, pero sabía que no me escucharías siquiera si te iba a buscar a tu casa-su voz reflejaba tristeza, como si yo fuera alguien inalcanzable.

 -Ni siquiera sabes donde vivo, jamás hemos cruzado palabra, incluso ese día lluvioso…-un nudo en la garganta amenazó con traicionarme- bueno tú sabes…ni ese día ni nunca hemos hablado, hasta hoy y ten en cuenta que de mi parte solamente fue para remediar mi error que principalmente fue causado por ti.

 El recuerdo de ese día pareció afectarlo también, y unas pequeñas arrugas en medio de su frente daban a entender que también estaba tan perdido en los eventos de ese día como yo.

 -¡Katniss!-oí gritar a Prim mientras nos íbamos acercando, las manchas de sangre sobre la camisa de Peeta hacían parecer todo más grave de lo que era.

 -Prim, no grites, no ha pasado nada, por favor dile a mamá que prepare sus remedios para ayudarme con esto-traté de no parecer tan dura con mi hermana, después de todo ella no tenía la culpa de mi frustración. 

-Ella te quiere mucho-dijo Peeta sacándome de mis pensamientos.

 -Es mi hermana-

 -Lo sé, me refiero a que se ve a distancia que te adora y se preocupa por ti- Me encogí de hombros, ¿Por qué Peeta hablaba tanto?

 -Sra. Hawthorne…Sra. Everdeen-saludó Peeta al momento de entrar a mi casa y verlas sentadas charlando en medio de la sala principal.

 -Peeta Mellark-respondió mi madre mientras señalaba un asiento vacío donde suele atender a las personas heridas de la Veta.

 Después de eso todo fue silencio y agradecí que nadie preguntara que había pasado, ni que Peeta contara lo de su repentina caridad.

 -Katniss…-llamó Prim con voz débil, mis sentidos se pusieron alerta casi al instante, solo hablaba así cuando me daba malas noticias o cuando no quiere alterarme.

 Me giré hacia ella y su expresión no me alentó mucho. -¿Qué sucede Prim?- -Es Gale…., él y Madge….-

Prim parecía dudosa de continuar…

 -¡Ya dímelo Prim!-mi paciencia no estaba como para andarme con rodeos, en ese momento lo único que podía pensar era….. “Por favor, que Gale esté a salvo…….que no le haya pasado nada….”

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Holaaa!!!!!! Tardé millones lo sé y espero les guste……pensé en poner más pero es que sigue algo importante muajajaja????? 

Gracias por haber leído!!!! Pronto el 4to cap pero es que la universidad……..

 En fin, gracias!!!!! Y si pueden dejenme su coment, se los agradecería muchote!!!!!

 Atte. JesiYoce

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nooooo!
Sube otro pliss, sino me morire de la angustia ¿Dejaras a esta indefensa niña asi?
Noooo! ATTE: Karen Nava .lll.