sábado, 26 de abril de 2014
2.-Cita
Últimamente pasaba más tiempo en casa de Lorena que en la mía, ella siempre incondicional a mi lado, mi mejor amiga desde hace ya varios años, ella quien siempre había estado conmigo en las buenas y en las malas, de corazón agradecía tener a una amiga tan fiel en mi vida.
-¿Que te parece si vamos al cine?-la voz de mi amiga siempre tan alegre.
La miré y le dediqué una sonrisa, ella siempre lograba distraerme del tema de mi madre, por esa misma razón prácticamente vivía con ella, Lorena estaba feliz y sus padres me recibían con gusto.
-Esta bien-me paré de su sillón alisando mi blusa-tú eliges la película y yo compro las palomitas ¿Te parece?
Después de eso no tuve que hablar demasiado, su madre nos llevó a la plaza y mi amiga no paró de hablar sobre las opciones que teníamos para ver durante todo el camino.Lorena era fácil de satisfacer, no necesitaba de mucho para que ella estuviera suficientemente feliz para distraerme a mí.
Yo no siempre había sido tan pesimista, de hecho yo era muy alegre y por eso Lorena y yo nos habíamos vuelto inseparables, y en ocasiones mi antigua personalidad se asomaba esperando una oportunidad para salir y volver a mi convirtiéndome así en la Mía Montez que siempre había sido.
Supongo que por esa misma razón ella seguía a mi lado a pesar de todo, por que mantenía la esperanza de que yo volviera a ser la que siempre fui.
-¿Amor o terror?-se volteó hacia mí-¿Qué opinas amiga mía?
-De terror amiga Lorena-
-Dije "mía" de que eres mi amiga no por tu nombre-me reprochó
-Ya lo sé pequeña, solo quería molestarte-le enseñé la lengua como cuando niñas, ella rió.
-¡Me llamaste pequeña! Hace mucho que no me decías así...-se perdió en sus recuerdos-oye, si no mal recuerdo así te decía Leonardo ¿No?-
Asentí mientras caminaba hacia la taquilla y sacaba el dinero de mi cartera.
-¿Qué habrá sido de él?-preguntó.
-Dos para "Terror en el centro comercial" porfavor-no miré a mi amiga, la conocía lo suficiente como para saber que terminaría pidiendo más información.
Tomé los boletos y caminé hacia la dulcería. Mi amiga seguía mirándome de la misma forma, la ignoré.
-¿Palomitas y refrescos grandes?-
-Mía...-lo sabía, Lorena no dejaría el tema de nuestro antiguo amigo en paz, aún así decidí torturarla aún más.
-No te preocupes, las golosinas también corren por mi cuenta, mucho haces con recibirme en tu casa a diario-
-Mis padres están felices de recibirte en casa tanto como yo, adoramos que estés allí todos los días, y sabes perfectamente que tampoco me refería a quien pagaría las palomitas-me reprochó.
Suspiré.
-El otro día Leonardo me envió un mensaje de texto, me dijo que le gustaría platicar un día de estos...-hice una pausa-...sobre mi madre.
Mi amiga no dijo nada, comprendía el porque no quería hablar sobre nuestro antiguo amigo.
-Bueno-me sonrió-quizá sea bueno que salgas con él y platiquen, no sabes...quizá sea bueno que se vean...-me dedicó una de sus miradas de "Necesitas un novio y distraerte urgentemente"
-Tú siempre...-me enfoqué de nuevo en las palomitas-y...¡Hey! ¿Qué haces?
Lorena me arrebató la bolsa y echó a correr, comencé a perseguirla pero ella era mucho más rápida que yo y rápidos se escondió de mí, me resigné...¿Qué es lo peor que podía hacer con mi bolsa? Pronto supe la respuesta.
-¡Listo!-gritó triunfal mi amiga apareciendo por detrás de un puesto de helados de la plaza con una sonrisa de oreja a oreja dibujada en el rostro, lo cual significaba alguna travesura desgraciadamente desfavorable para mí.
-¿Qué hiciste?-rezongué.
-Mañana, a las tres, aquí en la plaza-
-Dime que no...-tartamudeé-dime que no me hiciste una cita con Leonardo-
-Si quieres no te lo digo pero no permitiré que lo dejes plantado, si hubieras visto la velocidad con la que respondió el mensaje-amenazó.
¿Una cita? ¿Con Leonardo? Bueno en teoría no sería una cita, él era mi amigo nada más y si como decía Lorena...bien podría distraerme y salir con alguien más que no fuera ella, al menos le debía un descanso de mí, todo estaría en orden mientras no habláramos de mi madre.
-¿Y bien...?-insistió-¿Estoy lo suficientemente perdonada como para aún ser merecedora de unas palomitas?
Me reí, ella siempre lograba salirse con la suya y levantarme el ánimo a la vez.
-Estás loca-
-Aún así me quieres-
-Y mucho-hice una pausa-ven, vamos por esas palomitas.
La película estuvo...bueno en verdad no le había puesto atención, la idea de ver a Leonardo me había puesto nerviosa, hace mucho tiempo no lo veía.
La madre de Lorena fue por nosotras a la plaza, después pasaron a dejarme a casa. Papá aún no llegaba, así que decidí ir a dormir, en realidad no tenía sueño pero tampoco quería pensar demasiado sobre la salida con mi amigo, terminé escuchando música.
No me di cuenta de cuando terminé dormida, tan solo desperté gracias al sol que insistía maldoso quemándome la cara, de pronto volví a la realidad, hoy era el gran día del reencuentro.
Revisé mi celular, tenía dos mensajes de texto.
El primero...
"Buenos días dormilona, ayer cuando llegué ya estabas dormida y no quise despertarte, y tampoco quise hacerlo hoy por la mañana, te he dejado dinero en la mesa por si quieres salir o comprar algo para comer, te quiero, espero verte por la noche."
Papá siempre al pendiente, lo extrañaba y las vacaciones afectaban mi ciclo del sueño dándome la impresión de que se oponían a que viera a mi padre. Reí ante la idea tonta en mi mente.
Revisé el segundo mensaje.
"Hola pequeña, oye...sé que quedé en salir contigo hoy pero tuve un percance y no podré verte, espero no te enojes, te quiero"
Bien, por un lado me sentía aliviada pero por otro, quizá si quería verlo y me sentí un poquito decepcionada.
Otro mensaje llegó en ese momento.
"Floja levántate, recuerda que tienes una cita hoy a las tres" Era Lorena.
"Canceló de último momento, así que no hay cita ni nada parecido" Respondí.
"¿Que? No puede ser...¡Yo lo mato!, voy para allá" Ya podía verla enojada, si algo la sacaba de quicio eran las cancelaciones.
No tenía caso responder, mi amiga no tardaría en llegar a casa...ya estando aquí la tranquilizaría, aunque era realista, cuando una idea cruzaba en la mente de Lorena, pocas cosas lograban hacerla cambiar de opinión.
___________________
Gracias por leer, espero puedas dejar un comentario para saber que opinas, que quieres que pase o crees que sucederá...
Espero te haya gustado, nos leemos pronto ^w^
miércoles, 23 de abril de 2014
1.-Rincones
Cada día que pasaba no había momento en el que no pensara en mi madre, despertaba con la esperanza de que todo fuera una pesadilla, una mala
jugada del destino, una mentira…pero cuando la razón volvía por completo a mí…me
daba cuenta de que ella no estaría a mi lado nunca más.
¡Maldita enfermedad!, ¡La
detestaba tanto! El cáncer me había arrebatado al ser que más amaba además de mi padre,
tampoco para él había sido sencillo, aún podía oírlo llorar por las noches
cuando me creía dormida y eso me lastimaba aún más, verlo tan débil y no poderme desmoronar frente a él como tanto deseaba por miedo a herirlo aún más, debía ser fuerte, o al menos debía intentar serlo.
Mi padre trabajaba prácticamente todo el día a partir de que mamá ya no estaba, lo comprendía pues todo en casa nos recordaba que ya no estaba...la cocina donde ella solía prepararnos deliciosos pasteles, aquella cocina que nos había visto jugar múltiples guerras de harina ahora lucía tan fría y sin vida.
Ahora papá comía en el trabajo y yo casi no comía y cuando lo hacía era en casa de Lorena mi mejor amiga, así que entre más evitáramos el lugar era mejor para nosotros.
Ahora papá comía en el trabajo y yo casi no comía y cuando lo hacía era en casa de Lorena mi mejor amiga, así que entre más evitáramos el lugar era mejor para nosotros.
Después le seguía su recámara, sus cosas seguían allí y aunque no lo decíamos, ambos sabíamos perfectamente que no seríamos capaces de mandar la ropa de mi madre a un rincón, al menos no en un largo tiempo.
Yo podía liberarme de ello en mi habitación pero papá, bueno para él era distinto...él dormía con ella todas las noches y ahora su ausencia al anochecer y amanecer debía ser duro para él.
Yo podía liberarme de ello en mi habitación pero papá, bueno para él era distinto...él dormía con ella todas las noches y ahora su ausencia al anochecer y amanecer debía ser duro para él.
Así cada rincón de la casa tenía su esencia, para ser sincera hubiera preferido mudarme pero a la vez era muy cobarde para siquiera considerar la posibilidad de ello, no podría dejar esta casa, jamás la dejaría...realmente estaba muy confundida, solo habían pasado meses desde aquél día.
"Hija, cuida de tu padre...ahora que no podré hacerlo yo, no dejes que se venga abajo, tú eres fuerte, él te necesitará más que nunca, disfruta cada momento a su lado, juntos estarán bien y yo los cuidaré desde donde esté - mamá sonrió y casi me hizo olvidar el porque me decía esto- hija te amo, lamento no poder estar contigo más tiempo,pero jamás olvides que cada día te veré, te cuidaré y me sentiré orgullosa de ti, siempre estaré contigo, te amo Mía"
No noté en el estado en el que estaba hasta que oí entrar a mi padre, gritando preocupado mi nombre una y otra vez, ¡Rayos! odiaba que esto sucediera, pero no podría evitarlo, entraba en crisis emocionales al recordar las últimas palabras de mi madre antes de cerrar los ojos para siempre.
-Mía, tranquila-la voz de papá temblaba aún en su esfuerzo por sonar cálida- sé que no ha sido fácil para ninguno de los dos pero me tienes a mí, te amo y verás que pronto podrás recordar a mamá con una sonrisa y no con lágrimas-me sonrió al mismo tiempo que me abrazaba con mucha más fuerza.
Admiraba mucho a mi padre, sabía que lidiar conmigo nunca había sido fácil pero ahora era mucho menos sencillo con mis cambios de humor repentinos.
-Ya estoy más tranquila papá, gracias-ahora yo lo abracé a él-no tienes por que preocuparte, verás que pronto será como dices tú y no tendrás que lidiar con mis crisis-le dediqué mi mejor sonrisa, sinceramente no sé si me creyó pero me conocía lo suficiente como para saber que insistiría en mi tranquilidad y no me quebraría de nuevo.
-Yo solo quiero que tú estés bien hija-
-Lo sé papá, y lo estoy...solo necesito distraerme, estas vacaciones creo están manteniendo mi mente demasiado desocupada y recién es el primer día sin clases-dije en un débil intento de bromear, cosa que no debí haber hecho por que el resultado me pareció más un lamento.
-¿Quieres ir al parque mañana?, puedo pedir un permiso y pasarla juntos-se ofreció.
No quería negarme a salir con él, hace mucho que no lo hacíamos pero no quise causar problemas en su trabajo así que le propuse pasar un tiempo padre e hija el fin de semana, asegurándole que buscaría que hacer el resto de la semana.
Vimos la televisión un rato después de eso, papá se quedó dormido en el sillón, así que tomé una cobija y lo cubrí con ella al ver que no despertaba y parecía tranquilo en sueños.
No era muy noche, aún no tenía sueño así que decidí dibujar...cosa que no funcionó, así que tan solo cerré los ojos y traté de no pensar.
El tiempo pasó lentamente, el sueño estaba por vencerme cuando mi celular timbró avisándome que me había llegado un mensaje, abrí los ojos, tomé mi celular y me sorprendí que el mensaje no era de Lorena como pensé.
"Pequeña, espero no importunar pero necesitaba que supieras que siempre estaré cuando me necesites, ¿Por qué no me dijiste lo de tu mamá? me hubiera gustado poder haber estado a tu lado en esos momentos, espero no estar hablando de más, solo no olvides que siempre voy a ser tu amigo"
No reconocí el número, pero el mensaje me causó una punzada en el corazón, "Lo de tu mamá" esas simples palabras causaron un torbellino de recuerdos de aquél día, no quería volver a llorar, no esta noche, así que me enfoque en algo más.
¿Quién había enviado el mensaje? ¿Un amigo? el único amigo que me llamaba "pequeña" era...Leonardo, ¿Podría ser él? Hace mucho que no hablábamos. Decidí responder y salir de dudas.
"Agradezco el mensaje, pero ¿Quién eres?"
No tardó mucho en responder.
"Lamento no haberte dicho que era yo, Leonardo...pensé aún guardabas mi número, me alegra si haya llegado mi mensaje y como dije, cuentas conmigo para lo que sea"
Miré el reloj, ya era tarde y el sueño inesperadamente estaba por vencerme.
"Gracias, ya tendremos tiempo de hablar pero por ahora estoy por quedarme dormida, me despido pero espero poder verte pronto, me dio mucho gusto saber de ti, descansa"
Si bien no quería hablar del tema de mi madre, Leonardo era un buen amigo y solía sentirme a gusto a su lado, quizá salir con él y distraerme, despejaría mi mente.
Mi celular sonó una vez más.
"Cuando quieras, descansa pequeña"
Miré el mensaje pero ya no respondí, en su lugar cerré los ojos y me quedé dormida.
_____________________
¡Hola! Gracias por haber leído este primer capítulo de lo que espero sea un proyecto que te guste ^^
Espero puedas dejarme tu comentario y/o opinión y no olvides seguirme en mis redes sociales...para quer me conozcas un poco más y puedas estar al pendiente del blog también...bueno un besito y abrazo! :3
"Pequeña, espero no importunar pero necesitaba que supieras que siempre estaré cuando me necesites, ¿Por qué no me dijiste lo de tu mamá? me hubiera gustado poder haber estado a tu lado en esos momentos, espero no estar hablando de más, solo no olvides que siempre voy a ser tu amigo"
No reconocí el número, pero el mensaje me causó una punzada en el corazón, "Lo de tu mamá" esas simples palabras causaron un torbellino de recuerdos de aquél día, no quería volver a llorar, no esta noche, así que me enfoque en algo más.
¿Quién había enviado el mensaje? ¿Un amigo? el único amigo que me llamaba "pequeña" era...Leonardo, ¿Podría ser él? Hace mucho que no hablábamos. Decidí responder y salir de dudas.
"Agradezco el mensaje, pero ¿Quién eres?"
No tardó mucho en responder.
"Lamento no haberte dicho que era yo, Leonardo...pensé aún guardabas mi número, me alegra si haya llegado mi mensaje y como dije, cuentas conmigo para lo que sea"
Miré el reloj, ya era tarde y el sueño inesperadamente estaba por vencerme.
"Gracias, ya tendremos tiempo de hablar pero por ahora estoy por quedarme dormida, me despido pero espero poder verte pronto, me dio mucho gusto saber de ti, descansa"
Si bien no quería hablar del tema de mi madre, Leonardo era un buen amigo y solía sentirme a gusto a su lado, quizá salir con él y distraerme, despejaría mi mente.
Mi celular sonó una vez más.
"Cuando quieras, descansa pequeña"
Miré el mensaje pero ya no respondí, en su lugar cerré los ojos y me quedé dormida.
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¡Hola! Gracias por haber leído este primer capítulo de lo que espero sea un proyecto que te guste ^^
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lunes, 21 de abril de 2014
Introducción...No se lo digas a él
Perder a una de las personas que más amas en el mundo es una situación a la que muchos se enfrentan o han enfrentado, lidiar con el dolor y el duelo no es cosa fácil, aún junto con las palabras del resto de las personas en un intento de hacerte sentir mejor y levantar el ánimo que tú ya has dado por perdido hace mucho tiempo.
Poco a poco recuperar el orden en tu vida y dejar que el dolor siga pero de una forma no tan dolorosa como lo fue al principio, permitirse sentir de una forma distinta, distraer al corazón con ilusiones de un amor es fácil, lo complicado es saber que la persona que creías ser la indicada es completamente distinta a lo que en realidad pensabas querer.
Sin poder mandar al corazón, las razones ilógicas del amor te hacen aferrarte aún más a lo que sabes que terminará por dañarte pero que afrontas con gusto por que el valor alimentado por la esperanza te hacen continuar intentando lo que sin llamarlo imposible, se vuelve complicado y sin sentido.
¿Pero que sucede cuando sobre el corazón están las circunstancias? ¿Evitarías causarle dolor a la persona que te daño aunque esto se vuelva insoportable para ti? ¿Suena complicado? Lo es, así de ilógico y complicado es el amor, aquél que nos impulsa a ser lo que no imaginamos, llevándonos por distintos caminos en busca de la felicidad.
Esto le sucede a Mía Montez, quien a sus 18 años se ve obligada a afrontar sus propios miedos, descubriendo quien es ella, creciendo en su interior, pero a la vez dejando atrás lo que un día fue y no podrá ser.
jueves, 17 de abril de 2014
5.-SIEMPRE A TU LADO...amor empresarial

Edward volvió a la fiesta y al entrar vió como un tipo no más alto que él acosaba a una chica en un rincón oculto y aparte de la fiesta, no había visto a esa chica antes pero no dudó un solo segundo en ir corriendo para ayudarla con un incontrolable y frenético deseo de protegerla.
-¡Déjala en paz idiota!-gritó Edward interponiéndose entre la chica y el tipo que la acosaba mientras lo empujaba de golpe.
-¡Apártate tú, ella es mía!-gritó el tipo en respuesta quien también trató de empujar a Edward pero no pudo, Edward era fuerte y no se movió ni un centímetro.
Mientras tanto la chica temblaba abrazándose de Edward, el otro chico optó por irse, quería a la chica pero era listo y una pelea en contra de Edward sería una batalla perdida.
-¿Te encuentras bien?-le preguntó Edward a la chica la cual seguía temblando, ella solo asintió con la cabeza.
-¿Quién era ese tipo? ¿Lo conocías?-preguntó Edward angustiado, pero de ella solo negó con la cabeza.
Edward tomó a la chica por la barbilla y la miró a los ojos.
-¿Bella?-preguntó sorprendido al reconocer esos bellos ojos achocolatados que tanto le gustaban.
-Si-respondió ella en un hilo de voz a causa del miedo.
Edward encadenó todo rápidamente, ese tipo le había querido hacer daño a la chica que amaba, una rabia lo invadió y estuvo a punto de salir a perseguirlo si no hubiera sido por Bella que aún temblaba junto a él.
-No lo hagas, no vale la pena, quédate aquí…conmigo-dijo ella con un susurro, Edward la abrazó.
-¿Por qué no viniste conmigo? Hubieras estado segura a mi lado-le recriminó Edward.
-Lo siento, es solo que me decidí algo tarde, llegué a mitad de la fiesta y no te encontré, después ese tipo se me acercó y bueno tu ya conoces el resto-explicó Bella mientras ocultaba su cabeza en el pecho de Edward recordando el terrible suceso.
-Bella ¿Qué nunca me vas a dejar mostrarte cuanto te amo?-dijo Edward tomando desprevenida, la idea de que alguien como Edward la amara la hizo estremecerse.
-Edward…-comenzó Bella.
-No Bella, esta vez el que hablará soy yo, no quiero que vuelvas a decir que no me convienes, tú eres lo que más quiero y no dejaré que nada te suceda, Bella por favor déjame hacerte feliz-le dijo Edward despegándose de ella y obligándola a mirarlo a los ojos.
-Edward…te amo-dijo Bella y Edward no resistió más.
Tomó a Bella en brazos sin dejarla de besar y la llevó fuera de allí, la subió a su auto y la llevó a su departamento no sin llevarse encima las miradas de todos los presentes y los aplausos de los que sabían quienes eran aquella misteriosa pareja.
Llegando al departamento, Edward la llevó a su habitación inmediatamente después de cruzar la puerta y la recostó con delicadeza en la cama.
-¿Estas segura?-le preguntó Edward mientras la miraba con los ojos llenos de pasión.
-Más segura que nunca, te amo y eso es lo único que importa-dijo Bella entre beso y beso de Edward.
Esa noche las dudas quedaron de lado, ya no habìa ninguna barrera que los pudiera separar, tan solo eran dos personas amándose y nada más, ya nada importaba más alá e su amor y felicidad.
-Que linda mañana ¿no crees?-le susurró Edward al oído mientras Bella entreabría los ojos como si no quisiera despertar de aquel precioso sueño que había hecho realidad la noche anterior.
-Bastante, y contigo a mi lado la vida no podría ser más perfecta-respondió ella mientras se giraba hacia él.
-Te amo, me has hecho el hombre más feliz del planeta y no dejaré que te vayas de mi lado, nunca-juró Edward.
-Y yo no te dejaré jamás-dijo Bella en respuesta.
Meses después Bella y Edward se casaron por la iglesia y por lo civil, vaya polémica que causaron pero no les importó, ahora que estaban juntos nada ni nadie los separaría pues se amaban con locura y era como si sus destinos estuvieran diseñados para amar al otro por siempre.
Charlie pronto se recuperó de la enfermedad que lo acongojaba e incluso pudo volver a caminar, gracias a la operación que Carlisle se ofreció a pagarle, los consuegros se llevaban de maravilla y los recién casados estaban felices por ello.
Tiempo después Edward y Bella se mudaron a una pequeña pero bonita casa cerca de la playa, el mundo oficinista no era para Edward, pero desde allí era posible trabajar sin el ajetreo de la cuidad y Bella era feliz en donde sea siempre y cuando Edward estuviera a su lado.
-Sra. Cullen, ¿me podría ayudar con un trabajo?-dijo Edward en tono juguetón, Bella sabía lo que se proponía.
-¿Qué clase de trabajo?-preguntó coqueta.
-Digamos que voy a firmar el contrato más importante de mi vida-
-En ese caso creo que tenemos una enorme tarea que cumplir ¿no cree joven Edward?-
-Vaya que sí-dijo él tomándola en brazos en dirección al mar…
____________________________________________________________-
Alo0!! O debería decir ¿bye? O mas bien ¡que vergüenza! Ajjajajaja bueno ya está! Lo publiqué XD no sean crueles, hice mi mejor intento, espero les haya gustado el final, por fin le di FIN a algo jajajaja gracias por el apoyo que me han dado, y bueno creo que ya hable mucho así que los dejo y los invito a no dejar de visitar el blog, atte. JessiYoce.
4.-ALEJAMIENTO...amor empresarial.

Después de aquél día el tuteo se acabó, Bella volvía a dirigirse a él como si Edward tuviera 50 años y lo trataba de mirar como si no representara nada para ella, mientras tanto Edward buscaba la forma de conquistarla pero en cuanto trataba de abordar el tema ella respondía con “Joven Edward recuerde mis palabras, no le convengo” y se iba sin darle la oportunidad de hablar siquiera.
Eso era una tortura para ambos, Bella no había besado a nadie en su vida y Edward la había hecho sentir tan deseable en menos de dos días; ella no se imaginaba un futuro sin él, y Edward…bueno él se moría por tenerla en sus brazos, la forma en que ella se había dejado llevar aunque haya sido por unos segundos le había demostrado la fascinante forma de amar que ella trataba de ocultar.
Además verse todos los días no ayudaba mucho a la situación, por más que Bella quisiera estar con él, sabía que no era correcto, ella era una chica pobre y con un padre enfermo viviendo en un barrio de no muy buena fama mientras que él era hijo de una familia súper millonaria, de una excelente clase social y educación impecable, ella siempre tenía en mente que no le convenía a Edward sin saber que justo ella era lo que él quería para su vida.
-Bella no puedes seguir así, él se muere por ti, he visto como las chicas se lanzan a él pero sin embargo nunca había mostrado interés en ninguna y mucho menos el interés que ahora muestra hacia ti-le dijo Ángela un día que les había tocado organizar una fiesta juntas para celebrar que la empresa había pasado por su mejor racha, para ese entonces Ángela ya había regresado al trabajo después de recuperarse de la terrible influenza que la había enfermado.
-Ángela, tu más que nadie sabe que lo nuestro no puede ser-
-Pero Bella tú eres la única que ve esa clase de impedimentos, él te ama, tú lo amas, ¿Qué es lo que estás esperando? ¿Qué algún día se case con alguien que no seas tú?-le recriminó Ángela haciendo que el corazón de Bella se oprimiera ante la idea de verlo con alguien más.
-Obvio que no quiero eso pero tengo miedo de que algún día vea que no soy lo que realmente quiere y me deje-reconoció Bella, Ángela solo suspiró, Bella era terca y se había encasillado tanto en esa idea que decidió no tratarla de cambiar ni un día más.
La fiesta sería dentro de unos cuantos días, la fiesta sería de antifaces basada en aquella época de vestidos con corsé ceñidos al cuerpo, faldas con crinolina y trajes elegantes para los caballeros; Edward le había pedido a Bella a ir con él como su pareja pero ella se había negado como siempre, por ello Edward le pidió que si no iba como invitada, tampoco fuera como empleada, Bella aceptó sus condiciones.
La prensa no dejaba de hablar acerca de la ya famosa fiesta que ofrecería la familia más codiciada de la ciudad, y como último intento de abrir los ojos de su amiga Ángela sorprendió a Bella con un precioso vestido azul como salido de las películas antiguas, con holanes en el escote, el corsé ceñido a la cintura, y la caída del vestido era en capas, era precioso, sin decirse del antifaz que lo acompañaba lleno de lentejuelas y brillantes, tan elegante como los guantes que estaban incluidos en el juego.
-¿Qué es esto?-exclamó al ver el vestido y su amiga fuera de su casa.
-Es un vestido-respondió Ángela como si nada.
-Eso lo se, me refiero a por que lo trajiste y de donde lo sacaste-dijo Bella con recelo, claramente le había dicho que no iría a la dichosa fiesta.
-La hermana de Edward me lo dio-
-¿Alice?-
-Si, ella también sabe del amor que le tienes a su hermano y el que tú le tienes a él, me dijo que te lo trajera y me dijo que vinieras o más bien exigió definiría mejor la forma en que lo expresó, además Bella tienes que ir, no puedes dejar pasar más tiempo-le dijo Ángela suplicante.
-Pero…-
-Pero nada así como dices tú, Bella ya déjate de caprichos y suposiciones tontas, déjalo mostrarte cuanto te ama-hizo una pausa-quizá no debería decírtelo pero lo haré, Edward me ha dicho que lo apoye para convencerte de lo mucho que le importas, no sabes cuantas veces me ha dicho que no ha podido olvidar el beso que te dio, Bella perdóname pero si no vas por las buenas irás por las malas-dijo Ángela fingiendo molestia.
Después de eso Bella no se pudo negar, si Edward se estaba tomando esa clase de molestias por ella, aún cuando podría estar con cualquier súper modelo, quizá muy en el fondo supo que de verdad él sentía algo por ella.
Bella se veía preciosa con su vestido, Ángela le peinó el cabello con dos peinetas de plata y le onduló el cabello en suaves rizos, el vestido le quedó como guante y el antifaz junto con los guantes terminaron de ocultarla tras un bello y lindo disfraz.
-Relájate Edward-le decía Alice para tranquilizarlo-¿la quieres de verdad cierto?-le cuestionó su hermana mientras le ajustaba el traje.
-No sabes cuanto-se pasó los dedos entre su despeinado cabello- desde el primer día y al pasar los meses me fui enamorando más de ella, pero Bella piensa que lo nuestro no puede ser, piensa que es menos por no tener dinero como las otras, pero para mí lo es todo, ella tiene lo que otras no, pero al parecer no lo ve-dijo Edward con tono nostálgico.
-No te preocupes pronto se dará cuenta, pero por ahora debemos ir a la fiesta de papá-dijo Alice cambiando rápidamente de tema, sonriendo como si nada tan despreocupada como siempre.
Edward llegó a la fiesta con un elegante traje color negro, camisa blanca y un elegante antifaz negro, se veía como nunca, al llegar varias chicas quisieron bailar con él pero Edward solo deseaba bailar con una sola persona, él deseaba bailar con Bella.
Bella llegó a media fiesta, todos los caballeros voltearon a verla, por desgracia Edward no estaba ahí, él había ido a tomar un respiro fuera del salón.
Bella fue muy solicitada por los chicos presentes, y ella cortésmente bailó con ellos en un intento de ser educada, pero ninguno era Edward, aún detrás de esos antifaces ella podría reconocer aquel par de ojos verdes capaz de hacerla hiperventilar, un par de ojos que no estaban ahí.
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Alo0!! Bueno con este cuarto capítulo nos acercamos más al final del minific, y espero que con 5.-SIEMPRE A TU LADO el capítulo final, le haya dado un buen termino a esta pequeña trama, así que continúen leyendo si quieren saber que pasó con Edward y Bella.
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