lunes, 21 de abril de 2014

Introducción...No se lo digas a él

Perder a una de las personas que más amas en el mundo es una situación a la que muchos se enfrentan o han enfrentado, lidiar con el dolor y el duelo no es cosa fácil, aún junto con las palabras del resto de las personas en un intento de hacerte sentir mejor y levantar el ánimo que tú ya has dado por perdido hace mucho tiempo.

Poco a poco recuperar el orden en tu vida y dejar que el dolor siga pero de una forma no tan dolorosa como lo fue al principio, permitirse sentir de una forma distinta, distraer al corazón con ilusiones de un amor es fácil, lo complicado es saber que la persona que creías ser la indicada es completamente distinta a lo que en realidad pensabas querer.

Sin poder mandar al corazón, las razones ilógicas del amor te hacen aferrarte aún más a lo que sabes que terminará por dañarte pero que afrontas con gusto por que el valor alimentado por la esperanza te hacen continuar intentando lo que sin llamarlo imposible, se vuelve complicado y sin sentido.

¿Pero que sucede cuando sobre el corazón están las circunstancias? ¿Evitarías causarle dolor a la persona que te daño aunque esto se vuelva insoportable para ti? ¿Suena complicado? Lo es, así de ilógico y complicado es el amor, aquél que nos impulsa a ser lo que no imaginamos, llevándonos por distintos caminos en busca de la felicidad.

Esto le sucede a Mía Montez, quien a sus 18 años se ve obligada a afrontar sus propios miedos, descubriendo quien es ella, creciendo en su interior, pero a la vez dejando atrás lo que un día fue y no podrá ser.



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